Hace casi exactamente cuatro años, en diciembre de 2013, escribí en este mismo diario una arriesgada columna. Esta versaba sobre los resultados económicos y sociales que había tenido el gobierno de la Nueva Mayoría, a pesar de que dicho gobierno aún no asumía el poder. Dicen que los economistas somos buenos analistas del pasado. Pero en este caso mi columna hacía predicciones sobre un momento específico, cuatro años en el futuro. En su momento, la columna fue muy mal recibida. Se me acusó de "imprudente", "mal perdedor" y de "terrorista económico". Habiendo llegado la fecha futura a la cual aludía mi columna, me pareció interesante contrastar mis predicciones con la realidad. De esta manera, podrá juzgar usted mismo y dar su veredicto.
Extractos de la columna "Chile 2017", publicada en "El Mercurio" en diciembre de 2013:
"Chile se enfrenta a una nueva elección presidencial decisiva para su futuro. En los últimos cuatro años, al mando de Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría, el país perdió el dinamismo económico que había mostrado durante el gobierno anterior. El clima de incertidumbre generado por las polarizadas discusiones para dotar al país de una nueva Constitución, unido a una significativa alza del impuesto a las empresas y de la eliminación del FUT, ha reducido significativamente la inversión, el empleo y el crecimiento económico".
"En el caso de Chile, después de crecer cerca de 5,5% promedio durante la administración del Presidente Piñera, en la cual el país además creció por sobre el promedio del mundo y del de Latinoamérica, en los últimos cuatro años el crecimiento ha promediado tan solo 3%".
"La campaña presidencial ha sorprendido por sus altos niveles de polarización. Se pensaba que dados los magros resultados del actual gobierno, los dos candidatos con mayores posibilidades de ser elegidos tendrían posturas comunes en torno a las políticas necesarias para retomar la esquiva senda de Chile hacia el desarrollo".
"De manera que cuando la gente de centroderecha pensaba que el retorno de las políticas públicas y la institucionalidad que generaron el período de mayor avance económico, social y de desarrollo humano que haya vivido Chile en su historia estaba garantizado, se equivocaban rotundamente. La elección presidencial de hoy es muy reñida. Si al final del día se impone la candidatura de la Nueva Mayoría, Chile puede terminar profundizando el nuevo modelo implementado por el actual gobierno, a pesar de los malos resultados de los últimos cuatro años. Este resultado probablemente conduciría a Chile a un destino similar al de otros países sudamericanos como Argentina y Venezuela, que tuvieron durante el siglo pasado sus treinta años de éxito, pero luego se desviaron sin retorno de la senda del desarrollo".
La realidad terminó superando la ficción: el crecimiento fue considerablemente inferior a lo proyectado, y de acuerdo al candidato Alejandro Guillier, los empresarios son tan despreciables que está permitido meterles la mano al bolsillo. Lo que no tenía considerado en mi análisis era el nivel de intervencionismo por parte del Gobierno en favor de su candidato. Creo que cualquier profecía habría quedado corta. Como dijo la propia Presidenta Bachelet, "cada día puede ser peor".
José Ramón Valente