Señor Director:

Las iglesias de Chiloé fueron declaradas Sitio del Patrimonio Mundial (SPM) en el año 2000, por su fusión de tradiciones europeas e indígenas, que producen una forma única de arquitectura en madera. Sus entornos paisajísticos también han sido reconocidos, y deben responder a normativas adecuadas para su intervención y conservación. Los valores declarados obligan a un compromiso ético y moral de autoridades, profesionales y habitantes para el objetivo común de la conservación.

Las nuevas obras en el denominado Mall de Castro, cerca de la iglesia de San Francisco, resultan tan indolentes respecto del SPM, que discutir si el proyecto tiene o no permiso válido es inútil. La sola construcción del edificio causó un perjuicio permanente hacia el bien declarado Patrimonio de la Humanidad.

Es así que abogamos por la solución de tres problemas: el abandono del Estado respecto del bien declarado y la falta de políticas para la preservación de su patrimonio, compromiso suscrito ante el mundo. Segundo, la precariedad de los instrumentos de planificación, que deberían definir localmente un adecuado uso del territorio, toda vez que la iglesia de San Francisco aún no posee una "Zona de Amortiguación" que proteja sus valores, tal como lo recomendó, hace cuatro años, la Unesco. Y tercero, el resguardo de la ética profesional, donde la demora de una Ley de Colegios Profesionales impide el control de una disciplina que de no ser practicada rigurosamente, puede generar impactos negativos e irreversibles.

Llamamos a que el Estado asuma sus compromisos internacionales y acelere los instrumentos de protección del patrimonio. También, a que devuelva a los colegios profesionales el control de la ética disciplinar. En todo caso, el Colegio de Arquitectos se hará parte de las acciones legales que correspondan.

Alberto Texido Zlatar
Presidente nacional Colegio de Arquitectos de Chile