Señor Director:
Don Carlos Peña, en su columna dominical bajo el título
"Christus, el samaritano cauteloso" (P. D 16), plantea que la decisión de no incluir en lista de trasplante cardiaco a la niña Daniela Vargas fue basada en un razonamiento utilitario.
Este es un argumento simple y reduccionista para una situación extraordinariamente compleja. En la decisión que se tomó, el elemento central fue el mejor cuidado de Daniela, fundado en el principio de proporcionalidad terapéutica, lo que implica evaluar intención, medios, fines y circunstancias. Este principio ético es inherente a la práctica clínica, y se centra en el compromiso con cada paciente de no someterlo a sufrimientos innecesarios. En el momento de la decisión, someter a Daniela a un tratamiento de alta complejidad que requería necesariamente un cambio de vida radical, sin un adulto calificado dedicado a su cuidado el resto de su vida, habría sido desproporcionado y un mal para ella. En todo potencial paciente trasplantado, los protocolos internacionales dictan evaluar el cuidado en los períodos pre y post-trasplante como parte del criterio clínico.
Obviamente, se comparte con el columnista su argumento de que "niñas y niños deben ser tratados con igual respeto y consideración, con prescindencia de la forma en que fueron concebidos, sin considerar la conducta de sus padres o familiares". Este es, ha sido, y será nuestro compromiso.
Dr. Ricardo Rabagliati
Director Hospital Clínico Red de Salud UC Christus