Octava parte de la ridículamente compleja saga de "Saw", la serie de thrillers en que un villano (y sus cómplices) somete a sus víctimas a aparatosos juegos de vida o muerte, con un alto componente de sadismo y violencia, y todo aderezado con un discurso moralista que importa poco o nada. Esta vez una nueva serie de víctimas se encuentra en pleno "juego", mientras un grupo de policías está tratando de descubrir la conexión con el villano original (fallecido desde la tercera película). Los fans de la serie tendrán lo que esperan: Trampas rebuscadas con un desenlace sangriento, flashbacks explicativos e inesperadas piruetas narrativas para justificar lo injustificable. Para el resto, el sádico juego será soportar esta hora y media de relleno para ver gente morir en muy poco inspiradas secuencias. Salvo la última, esa sí estuvo buena.
"Jigsaw". EE.UU, 2017. 92 min. Mayores de 18.