Señor Director:

Quezada y Chía, del Partido Socialista, proponen un diálogo entre las izquierdas para derrotar a Piñera. Señalan que la urgencia de arribar a un acuerdo en esta materia demanda postergar la discusión sobre las reformas del gobierno de Bachelet, y si acaso han seguido la senda de la subsidiariedad o de los derechos sociales. Sin embargo, es justamente sobre esto que debemos dialogar.

Como Izquierda Autónoma hemos buscado este diálogo en repetidas ocasiones. En 2013, para evaluar nuestro voto en la segunda vuelta presidencial, pedimos a Bachelet que aclarara el carácter de las reformas que proponía. ¿Su gratuidad educacional sería para crear un orden de derechos, con más educación pública, o sería una nueva inyección de subsidios al mercado? No hubo respuesta. Insistimos al presentarse la Ley de Inclusión, advirtiendo lo errado de centrar los esfuerzos en regular el mercado, cuando correspondía expandir lo público. Tampoco se nos escuchó. Lo mismo pasó cuando la reforma universitaria se convirtió en una "glosa presupuestaria de gratuidad", aquella por la que se "coló" la Universidad Autónoma, y luego cuando señalamos que la reforma laboral atentaba contra los intereses de los trabajadores y mantenía los pilares del plan laboral de la dictadura.

En nombre de la "urgencia", el socialismo chileno ha clausurado, durante los últimos cuatro años, la discusión sobre el sentido de las reformas que el país necesita. Y hoy el costo es muy alto. Si algo ha capitalizado Sebastián Piñera, hasta hacer muy probable su retorno a La Moneda, ha sido precisamente el desprestigio ganado por unas reformas que terminaron siendo muy distintas a los titulares con que se promovieron. Una victoria de Piñera no solo sería una derrota de quien lo enfrente en la papeleta, lo será también de todos quienes hemos bregado por cambios sustantivos la última década.

Un diálogo abierto y sincero entre las diversas organizaciones y generaciones de la izquierda chilena es indispensable para revertir los más de cuarenta años de neoliberalismo que han transformado radicalmente nuestra sociedad. Quizás este sea un buen momento para comenzar.

Francisco Figueroa
Coordinador nacional de Izquierda Autónoma