Hace tan solo cinco años era impensado que la energía solar pudiese representar el 10% de nuestra matriz eléctrica. Sin embargo, la capacidad que tuvimos de anticiparnos para generar condiciones y normativas en la incorporación de esa tecnología, y otras no convencionales, ha facilitado las fuertes inversiones en el sector. En la actualidad, somos líderes en penetración de energías renovables no convencionales, con un agregado interesante: sin necesidad de utilizar subsidios.
Este mismo fenómeno se repite con la movilidad eléctrica; y, nuevamente, estamos anticipándonos a la masificación de esta tecnología. Apuntamos a convertirnos, una vez más, en líderes en el uso de electromovilidad en los años venideros.
A nivel internacional, la movilidad eléctrica tiene hoy una baja participación: apenas un 1,1%. Pero, al igual que en el caso de los paneles solares, existe un fuerte apoyo internacional, a través de regulaciones y normativas que empujan a la industria automotriz a desarrollar tecnologías de transporte más limpias y eficientes, y apoyos en su consumo. Durante los últimos años hemos visto reducciones significativas en el costo de los vehículos eléctricos y sus baterías, y se estima que hacia 2030 un vehículo eléctrico costará lo mismo que uno de combustión tradicional.
En Chile, ya iniciamos el trabajo para generar las condiciones que nos permitan masificar esta tecnología en los próximos años. En este sentido, es importante destacar el cambio radical que hemos realizado en los últimos años, en la forma que generamos nuestra electricidad, pues no es lo mismo cargar un vehículo eléctrico con energía proveniente de centrales más contaminantes que con fuentes renovables.
Un segundo elemento importante a destacar es que, a diferencia de muchos países de la región, en Chile las gasolinas no solo no están subsidiadas, sino que pagan impuestos específicos, lo que hace más competitivo un vehículo eléctrico. Además, se eximió a los vehículos eléctricos del pago del impuesto verde y, también, de la restricción vehicular en la Región Metropolitana.
Sin embargo, todavía es preciso identificar y establecer todos los requerimientos regulatorios, de información, de capital humano y otros, necesarios para acelerar la introducción de esta nueva tecnología en el país.
Los ministerios de Energía, Transportes y Medio Ambiente están profundamente comprometidos, y trabajan coordinadamente en la Estrategia de Electromovilidad, la que ya ha sido sometida a consulta pública y será lanzada a la opinión pública en noviembre. Esta Estrategia instalará una hoja de ruta, con el detalle de las líneas de acción, compromisos y actores involucrados, para crear las condiciones necesarias que permitan desarrollar este mercado.
Paralelamente, conscientes de las ventajas de fomentar la electromovilidad en el transporte público, el Ministerio de Transportes está incorporando una flota de 90 buses eléctricos en el Transantiago para la próxima licitación. Asimismo, existe un subsidio de $6,5 millones para taxis colectivos eléctricos en regiones, y próximamente abrirá cupos especiales para taxis eléctricos en la Región Metropolitana.
Estas medidas, junto a otras consideradas en la Estrategia, apuntan a impulsar la movilidad eléctrica con el fin de cumplir con los compromisos sobre el cambio climático adquiridos por Chile, donde el sector transporte es responsable de más de un 25% del total de emisiones nacionales de gases de efecto invernadero.
De acuerdo con nuestras estimaciones, al año 2050 el parque de vehículos livianos en Chile estaría conformado por un 40% de vehículos eléctricos, y la matriz de generación eléctrica se estima que estará compuesta por, al menos, un 70% de energías renovables.
En consecuencia, se proyecta que el ingreso de vehículos eléctricos evitará 11 millones de toneladas de CO {-2} al año y reducirá el gasto en energéticos del país en más de US$ 3.300 millones anuales, lo que equivale a cerca de 1,5% del PIB de 2016. Así las cosas, la electromovilidad apoyará el cumplimiento de nuestros compromisos internacionales, ayudará a un mejoramiento sustantivo de la productividad de nuestras empresas y favorecerá la calidad de vida de las personas.
El camino de la energía limpia está trazado, lo que traerá consigo una energía más barata y mayor inversión. Sin embargo, no está garantizado el transporte limpio, por lo que tenemos que hacer esfuerzos para bajar sus emisiones, siendo una forma el aprovechamiento de nuestro inmenso potencial energético eléctrico limpio, aspecto clave para la disminución de nuestras emisiones.
Andrés Rebolledo
Ministro de Energía
Marcelo Mena
Ministro de Medio Ambiente
Paola Tapia
Ministra de Transportes