Señor Director:

Hoy miércoles se votará en la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados el proyecto que amplía el control preventivo de identidad a jóvenes de 16 a 18 años. Una medida que para adultos está vigente desde hace casi un año y que fortalece el trabajo de nuestras policías. Así lo demuestran los antecedentes remitidos por Carabineros de Chile.

Las cifras son claras. De los 1.105.560 controles preventivos realizados entre el 11 de julio del año 2016 y el 31 de marzo último, se detuvo a 61.398 personas, con un 5,5% de eficacia en la detención. En el mismo período se registraron 333.079 controles de identidad investigativos -aquellos correspondientes al artículo 85 del Código Procesal Penal-, con los que se aprehendió a 21.450 personas, lo que importa una eficacia en la detención del 6,4%.

Ahora bien, no parece sensato comparar ambos tipos de controles, cuyos fundamentos, objetivos y requisitos son distintos. Es evidente que los controles investigativos ofrecen más certezas, toda vez que requieren de indicios de participación criminal. Por otro lado, la gran cantidad de detenciones que ha permitido el control preventivo (sin la necesidad de indicio) reafirma mi confianza en la experiencia y el conocimiento de nuestras policías. Sin ir más lejos, del total de controles preventivos, un 21% se efectuó respecto de personas que no tenían orden de detención pendiente, pero sí contaban con antecedentes penales. Esto fortalece nuestra convicción acerca de su vocación preventiva.

Ante los buenos resultados, es fundamental extender este control a menores que son imputables al cometer un delito, toda vez que hoy vemos altos índices de participación delictual de jóvenes.

La invitación es a mirar más allá de los porcentajes y de las estadísticas ¿No es una buena noticia que a partir de una nueva herramienta policial, 28.441 personas requeridas por la justicia hayan sido sacadas de circulación, mientras que más de 30.000 resultaron detenidas por portar elementos destinados a la comisión de un delito? A mi entender, sí.

El control investigativo y el control preventivo (donde ambos proyectos son de mi autoría) pueden y deben convivir. Son dos caminos para un mismo objetivo común: sacar de las calles a los delincuentes y recuperar los espacios públicos para las familias.

Gonzalo Fuenzalida F.
Diputado RN Miembro Comisión de Seguridad