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Cartas
Sábado 30 de septiembre de 2017
Diálogo en la UC
Señor Director:
Javier Couso y Claudio Fuentes, profesores a quienes aprecio y con quienes he compartido múltiples foros académicos, han afirmado en carta a su diario que el rector de la Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, "ha violado gravemente la libertad de cátedra". Ello en virtud de que habría prohibido enseñar a un académico. Esta es una de las acusaciones más graves que puede hacérsele a un rector. Es de tal gravedad que supone fundarla en sólida evidencia.
La evidencia que los autores entregan se refiere al caso de un profesor de la Facultad de Teología al cual la jerarquía eclesiástica no le renovó la autorización para enseñar y que permaneció como investigador. Las facultades de teología católica se rigen por una reglamentación especial de acuerdo a la cual la enseñanza en materias religiosas requiere aprobación canónica. A ello se agrega que las facultades de teología en las universidades católicas mantienen cierta autonomía, cuyo fundamento histórico proviene de defenderlas de eventuales zarpazos del poder civil. Y por ello dichas facultades en todas partes la han defendido. Eso fue lo que hizo con coraje la Facultad de Teología cuando la PUC fue intervenida por la dictadura, como bien lo saben los acusadores porque lo vivieron.
La afirmación en que se basa la grave acusación al rector Sánchez es falsa.
Las universidades generan conocimiento en base a la búsqueda honesta de evidencia. Y el debate en la esfera pública busca el diálogo razonado para construir la ética cívica. Couso y Fuentes, para mi sincera sorpresa, han faltado a dos valores fundamentales de la universidad y de la democracia.
Sol Serrano
Historiadora