Cuando se hace una declaración de intenciones, hay que cumplirla. Entonces, un restaurante mexicano es mexicano y uno tex-mex, debiera serlo. Y esto se traduce en respetar el recetario e ideario de esta cocina harto vilipendiada, pero que tiene sus logros. Por ejemplo, si se reemplaza el cilantro por el comino, es tex-mex. Si se usa queso cheddar, si se sirven platos con totopos, si la carne está molida (salvo en los clásicos chiles rellenos), se está hablando de tex-mex, una combinación de influencias norteamericanas y de su vecino del sur. El nuevo restaurante del Patio Bellavista se declara así. Hay que verlo.
Primero, la atención fue veloz y gentil, nada que decir. Pero la carta ya revelaba algunos ruidos. Porque, por ejemplo, el atún no tiene vela en el entierro tex-mex. Lo mismo que los tacos al pastor. Por otro lado, por muy poco hipsters que sean, los llenadores -y muy ausentes- burritos son una de sus preparaciones emblemáticas. Entonces, esto sería más bien una cocina mexicana versión libre. O libertina.
De entrada, unos nachos con chile con carne ($6.290). A ver: este es un guiso de carne, porotos, tomate y cebolla, integrados todos, no un montón de porotos negros y algo de carne aliñada. Y salada, además. Hasta el de Wendy's es mejor, en serio.
De fondos, se pidió variedad. Primero, unos tacos al pastor ($7.790) con demasiada piña. El vero taco al pastor no es agriDULCE. Y la carne de chancho debe tener el color rojo de un condimento llamado achiote. Y las tortillas no debieran haber llegado frías. Luego, unos menos ortodoxos tacos de pescado frito ($6.990), abundantes y, nuevamente, sobre tortillas frías. Que una pasadita previa sobre la plancha no hace daño. También a unos tacos dorados de pollo ($6.990) les faltó un poco más de paciencia y calor, señores.
Las tostadas de atún sí venían sobre la tortilla tiesa correspondiente ($7.490), con trozos de atún sellado y puerro frito, con una mezcla de mayonesa y chipotle. Aquí no hay nada que decir, porque en esta clase de "antojitos", como les dicen, reina la diversidad en su preparación. Y en este caso, lograron un plato rico y finito.
De postre, unos churros ($3.990) que sí califican como tex-mex.
En fin, que visitar un restaurante de comida étnica debiera ser como un viaje a una cultura. En este caso fue como una escala a la rápida no más.
Pío Nono 73, local 66 y 67, Barrio Bellavista. 2 4455 7466.