La vocación inicial de esta cinta argentina, protagonizada por los reconocidos actores Diego Peretti ("Los simuladores") y Carla Peterson ("Lalola", que dio origen a la exitosa "Lola", de Canal 13), es hacer reír, y lo logra en distintas instancias: a veces con chistes básicos -aunque nunca demasiado gruesos, porque esta es una comedia para todo público- y a veces también con bromas más "adultas", pero no por el tono, sino porque hablan de las inequidades en los roles de hombres y mujeres en la casa, aún tan dramáticamente evidentes en algunas sociedades que, expuestas ante una pantalla de cine, terminan sacando risas (quizás por vergüenza, propia y ajena). Aquí, el hecho de que un padre de familia le enrostre a su mujer -que se ha dedicado a la crianza de sus hijos- cuán fácil es su vida, porque después de ir a dejar a los niños al colegio queda "desocupada", desencadena la trama central del filme. Luego de recibir esa "broma", Vera (Peterson), una abogada que se ha quedado en casa para cuidar a sus cuatro hijos -entre 2 y 16 años- decide irse de viaje durante diez días a Machu Picchu, con el fin de que su marido, Víctor (Peretti), un gerente que lucha por ascender en su empresa a costa de descuidar a su familia, sepa en carne propia lo que es estar a cargo de cuatro niños. Lo que viene después no es difícil de imaginar: el padre se ve sobrepasado, le pasan un millón de jocosas desgracias y todos -él y los niños- se dan cuenta del gran trabajo invisible que hace la madre.
Aquí no hay nada nuevo; es más, varios personajes y situaciones son tremendamente estereotipados. Pero la fórmula, con todos esos defectos, parece funcionar, especialmente si el espectador se ve identificado con alguna de las situaciones. Yo apuesto a que aún es la mayoría.
Argentina, 2017. 99 minutos. TE. Magdalena Andrade N.