Certera adaptación del mundo literario de Stephen King, esta película es la mezcla balanceada entre el mainstream comercial y la artesanía digna (no digo arte para no ofender a los puristas). Un puñado de chicos de los años 80 de EE.UU., banda de losers liderados por Bill, tartamudo y en busca de su hermano desaparecido, son el foco de una pelea injusta contra el mal demoníaco representado por un payaso satánico que, a diferencia de la interpretación de la miniserie homónima de 1990 de Tim Curry como el clown maldito, esta vez sí proyecta un escalofriante y abismal temor, merced del talento de Bill Skarsgård. Semillero de futuras estrellas, sin duda, como los niños Jaeden Lieberher (el protagonista), Jeremy Ray Taylor (el gordito tierno), Sophia Lillis (la chica valiente) y la estrella de "Stranger Things", Finn Wolfhard, este primer capitulo de "It" (el segundo debería lograr luz verde sin problemas) es una película que cumple todo lo que promete King en sus libros, y lo que la fanaticada espera: hechos al callo, simpleza pero no simplismo y niñez con atormentado trauma, que por lo demás se repite con la indeleble marca del mal, que toma la forma del miedo, las adicciones y la locura.
EE.UU., 2017. 135 min. T.E.