A medida que la "era dorada" de las series de TV se transforma, también lo han hecho nuestros hábitos de espectador. Antes, uno podía seguirlas de manera casual, engancharse o desengancharse. Hoy, ni pensarlo: antes que la temporada de nuestro programa acabe, ya estamos metidos en la ansiosa búsqueda de otro, presos de un paradójico horror vacui en una era donde lo que sobra es justamente contenido audiovisual. En cualquier caso, a los estudios parece ocurrirles lo mismo. Incluso, HBO -que en 2019 celebrará 20 años de Los Soprano, la serie que gatilló toda esta explosión- está volcado en la tarea de encontrar un reemplazo para "Game of Thrones", de cara a su inminente final. Difícil que ello ocurra en el corto plazo, pero en el intertanto su inmenso éxito ha permitido la existencia de productos que tal vez no habrían encontrado espacio en otra parte como "The Leftovers", "The Night Of", "True Detective" y, sobre todo, las obras de David Simon.
Creador de la celebrada "The Wire", pero también de "Generation Kill", "'Treme" y la extraordinaria "Show Me a Hero" (todas disponibles por HBOGo), Simon regresa estos días con "The Deuce", un proyecto que revisita un lugar que -al menos en el cine- nos resulta muy familiar, quizás demasiado familiar: Nueva York en los años 70. Retratada en caos, crisis y de manera indeleble por clásicos como "Contacto en Francia", "Taxi Driver", "Serpico" o "Cruising", ¿qué podría agregarse al respecto?; sobre todo ahora cuando emerge como domesticado destino turístico y pálida sombra de "esa ciudad que nunca duerme". Quizás precisamente eso. Intentar evocar las interminables noches de una ciudad que entonces podía devorarte, masticarte y escupirte. El punto es que no es fácil: el mismísimo Martin Scorsese -experto en el asunto- mordió el polvo el año pasado cuando "Vinyl", su serie ambientada durante el mismo período, fue cancelada tras una primera temporada donde todo (personajes, trama, vestuarios, diálogos) se sentía prefabricado y banal.
Puesta en el mismo trance, "The Deuce" se defiende mucho mejor. A diferencia de "Vinyl", cuya premisa era en esencia fílmica (el ascenso y caída de un ejecutivo discográfico, narrado en clave personal), el enfoque de Simon es plenamente televisivo: cada una de sus series tiende a la construcción de un espacio en el que los personajes habitan, se rebelan, depredan o escapan. Si en "The Wire" eran las infinitas dimensiones urbanas de Baltimore, en "The Deuce" es todo lo que alberga Times Square, las esquinas intersectadas de Broadway y la Octava Avenida: un cúmulo de teatros, restaurantes y pequeños comercios que hoy concentran lo más glamoroso y perecible de la experiencia neoyorkina, pero que en la época era un hervidero de prostitución, contrabando y vida nocturna, que dio origen a la moderna industria pornográfica. Es en ese negocio -lucrativo, peligroso, al borde de lo legal- donde desembocan los personajes principales del drama: una pareja de hermanos gemelos contactados con la mafia (interpretados por James Franco), una prostituta que insiste en manejarse sola (Maggie Gylenhaal) y un cúmulo de proxenetas para quienes los filmes triple X no son más que una extensión del negocio que ya manejaban a cabalidad: comercio de personas, tráfico humano, una cierta forma de esclavitud que en nada tiene que ver con la atmósfera bonachona casi familiar de la hoy lejana "Boogie Nights" (1997). Aquí nada esta romantizado ni musicalizado. Cero espacio para la nostalgia de almas nocturnas que se aferran con dientes y muelas a sus calles con tal de no desaparecer.
The Deuce
Creada por
David Simon.
Con James
Franco y Maggie
Gylenhaal.
Piloto disponible
en HBOGo.