"Baby Driver"
"Rápido y furioso", pero con cerebro. Y con ritmo musical. Así podría resumirse este logro del cine comercial en un contexto donde escasean las ideas originales. Soy fan de las películas de superhéroes, pero en estos días de exagerada presencia de paladines en el cine, se agradece la bocanada de aire fresco que entrega esta película de Hollywood, de género y sí, de autos, policías y ladrones. Pero, a pesar (o quizás gracias) de todo lo anterior, esto resulta de sumo original. Es verdad que aún está reciente la película "Drive", con un triste Ryan Gosling haciendo lo mismo que el protagonista de esta cinta, Baby: manejando para criminales. Pero el director Edgar Wright, de la raza de directores cinéfilos (casi siempre los mejores), hace con lo ya visto algo nuevo. Y bueno. Y corre solo para ganar en la cada vez más difícil carrera de encontrar películas de calidad en la infantilizada cartelera de cine. Gran película de un gran director, el mismo detrás de "Scott Pilgrim vs. The World".
"Baby Driver". Acción. EE.UU., 2017. 115 minutos. T.E.
"Dos son familia"
La idea madre del mexicano Eugenio Derbez, actor, guionista y director de "No se aceptan devoluciones", se traduce con acierto en este traslado a la realidad francesa. Con el espíritu masivo de la cinta original, es el francés Omar Sy ("Untouchables") quien reinterpreta el papel de Derbez: es decir, hace de un irresponsable hombre cuya vida cambia cuando un amor ocasional lo abandona y lo deja cuidando a la bebé nacida de la relación. Sy, lleno de carisma, ayuda a navegar una historia inverosímil en muchas zonas, pero que cuaja en el melodrama evidente y sale a flote gracias a la relación con su hija y el mundo de fantasía que este padre le arma para que no sufra por la verdad: el abandono materno. Emoción sin ambición, funciona y hay que entenderlo por lo que es: lágrimas fáciles.
"Demain tout commence".
Drama. Francia, 2016. 118 min., T.E.