Señor Director:

A propósito de la reforma universitaria (no de la actual reforma de educación superior), coincido con el ex vicerrector Fernando Molina en que lo más importante de la iniciativa de los años 60 (e iniciada en las universidades católicas) fue el deseo de superar una universidad profesionalizante, en vistas de una universidad constituida como una comunidad autónoma, con profesores a tiempo completo y con preocupación por disciplinas humanistas, buscando el bien común a través de la investigación, la gratuidad de la reflexión y, a su manera, la inclusión.

Hay que recordar que esa universidad que solo adiestraba profesionales, tenía el modelo en la Universidad de Napoleón que, en síntesis, subordinaba la universidad a los intereses de la administración estatal de turno. Era una "Universidad Vigilada" según la adecuada expresión acuñada por Jorge Millas durante la dictadura.

Uno esperaría que, a 50 años de la reforma, no se vuelva a otra forma de "vigilancia" de la educación superior.

Tomás Scherz, Pbro.
Vice Gran Canciller Universidad Católica de Chile