Señor Director:
Quisiera llamar su atención sobre dos aspectos de la columna publicada en su edición del domingo 2 de julio, firmada por el señor Carlos Peña, bajo el título
"El Papa, la UDI y el aborto".
El primero de ellos es que para referirse a una obligada opinión del Papa Francisco relativa a la discusión legislativa sobre la despenalización del aborto en tres causales, cita una entrevista mía -con entrecomillado incluido- referente... ¡a las opiniones del Papa sobre las relaciones bilaterales entre Chile y Bolivia! Siendo como es, un columnista y polemista exigente, esta cita resulta evidentemente una extrapolación y no puede considerarse sino como un gazapo, una distracción, una evidente falta de rigor científico o una manifestación de sobrecarga de su trabajo semanal.
Con todo, y es el segundo aspecto, su tesis de fondo es también curiosa. Defensor consistente de la no confesionalidad del Estado y habiendo mantenido en esa calidad otras polémicas en ocasiones anteriores, Carlos Peña ahora defiende el punto de vista de un partido respecto de cuáles serían los deberes del Papa en su visita a Chile. En efecto, la declaración textual de dos diputados de ese partido es que "el Papa tiene el deber de decirle al Gobierno que no comparte la legalización del aborto" (26 de junio de 2017). La definición de la Conferencia Episcopal chilena es clara sobre el aborto y no deja lugar a dudas. Por ello, la declaración de los dos diputados de la UDI constituye un exabrupto y causa perplejidad que sea precisamente Carlos Peña -celoso custodio de las libertades civiles y políticas de la República- quien ofrezca su respaldo a esta pretensión.
En la entrevista citada afirmé con mucha claridad que "el pensamiento de los obispos, hemos expresado, es el pensamiento de la doctrina de la Iglesia, del valor de la vida. En eso estamos muy en comunión con el Papa y él está en comunión con nosotros". En una sociedad donde rige libertad de pensamiento, el disenso es normal y será muy apreciado por nosotros, toda vez que concurre a fortalecer un diálogo respetuoso, camino de entendimiento y de amistad cívica en vista del bien de todos los ciudadanos.
+Ricardo Ezzati Andrello
Cardenal Arzobispo de Santiago