Señor Director:

Una de las reformas políticas recientes fue el cambio en la fecha de celebración de las elecciones presidenciales que se realizarán "el tercer domingo de noviembre del año anterior a aquel en que deba cesar en el cargo el que esté en funciones"; esto es, el día 19 de noviembre del año en curso.

Si ninguna candidatura a Presidente de la República obtuviere más de la mitad de los sufragios válidamente emitidos, habrá una segunda votación entre las dos más altas mayorías relativas "el cuarto domingo después de efectuada la primera", es decir, el día 17 de diciembre de este año. Cualquiera sea el resultado de las elecciones -en primera o segunda vuelta electoral-, el Presidente de la República podrá ejercer el cargo solo en la sesión del Congreso Pleno a realizarse el 11 de marzo del año 2018.

En este contexto, el Tribunal Calificador de Elecciones, una vez que culmine el proceso de calificación de la elección, dictará una resolución en la que proclamará al vencedor, con el título de "Presidente electo", lo que comunicará al presidente del Senado, al Presidente de la República y al candidato elegido.

Así entonces, podríamos tener un extenso período -casi cuatro meses, en caso de resolverse la elección en primera vuelta, o si fuese en segunda vuelta, alrededor de tres meses- con un "Presidente electo" y un Presidente de la República en ejercicio. Pareciere evidente que para el buen funcionamiento del gobierno y administración del Estado, tan extendido período podría afectar su normal funcionamiento, o quizás también provocar una parálisis en el aparato público.

Cabe tener en cuenta que durante el año en curso hubo elecciones presidenciales en Francia. La primera vuelta fue el día 23 de abril; la segunda vuelta, el 7 de mayo, y la toma de posesión del Presidente, el 14 de mayo. Sin duda, un proceso político electoral eficiente y eficaz que expresa la voluntad del pueblo en las urnas e incide en la calidad de la democracia. Tan extenso período con Presidente electo y un Presidente en ejercicio, sin duda, afecta el normal funcionamiento del gobierno y la administración del Estado.

Tomás Duval Varas