La oficina del Premio Nacional de Ciencias 2003, el matemático Carlos Conca, mira hacia el edificio de "Injeniería" de la Universidad de Chile.
Según él, sus alumnos a veces creen que jamás van a disfrutar de la matemática, pero... "ya llegará el momento en que se transforme en pasión... y ¡es adictiva, además!"
Le pregunto sobre el ecógrafo de bajo costo que desarrollaron y que ahora, con apoyo Corfo, esperan perfeccionar y comercializar; pondrán al alcance de postas de todo el mundo un equipo que ni se soñaban.
Pero terminamos, como en los diálogos de Platón, conversando sobre la Verdad.
Qué privilegio. Y Carlos Conca se esmera de mantenerse en un nivel cotidiano.
Lo primero: la matemática quiere lograr una representación del mundo. Esa representación no es obvia, "está un poquito subyacente y no es cosa de descubrirla tan fácilmente".
Como cuando meto la cuchara en un suspiro limeño y atravieso el merengue. Ahí llego a la verdad, pienso.
Pero no; es más complejo.
Porque la realidad que se quiere representar matemáticamente es muy compleja.
Entonces Carlos Conca me habla de que no basta saber, hay que entender.
Y para muchos, la matemática es la única herramienta que te permite realmente entender. Y me cita a Einstein, que dice que cualquier loco puede saber, pero no todos podemos entender. Galileo decía que la naturaleza está escrita en lenguaje matemático.
El matemático hace arte: recrea nuevos mundos, me dice.
Me cuenta cómo Apolonio de Perga descubrió la elipse en el siglo II a.C.
Con un cuchillo invisible cortó en ángulo dos conos unidos por una vertical en el vértice. Y dos mil años más tarde, Kepler tomó esa creación, la elipse, para calcular las órbitas del sistema solar.
Después Conca saltará a la diferencia entre "el hombre del tiempo" de TV13 de hace 40 años, don Willy Duarte, y los meteorólogos de hoy, que con datos llegan a pronósticos mucho más certeros.
La matemática ocupa datos para representar la realidad.
Me explica cómo una onda sonora se transforma en una onda electromagnética para que el cerebro la "escuche". La transformación se llama "transducción".
"Entonces, dicho de manera exagerada, ¿es que habrá algo más en física que ondas propagándose y transduciéndose?"
Ondas: todas son funciones matemáticas, calculables. Aquí hay datos: todo es matemática.
La matemática está por doquier y permite hacer visible lo que en un principio era invisible; entender por la razón. (¿Descubrir la verdad subyacente en el suspiro limeño?).
Y Conca vuelve a la complejidad, a los problemas "inversos", donde busca explicarse por qué ocurren las cosas, qué datos dan un resultado: como cuando uno se pregunta cuáles números, multiplicados, dan como resultado 12.
No está solo tras de números, sino de números que representen lo real. Que lo expliquen, para entenderlo. No solo para saberlo.
Y entender es algo que se puede saborear.