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Cartas
Sábado 29 de abril de 2017
Un nuevo obispo y algo de Chile
Señor Director:
Ya había caído la noche sobre la Plaza de Armas de Santiago. Afuera, muchas sillas esperando a gente humilde, y a otras no tanto. Literalmente, la Catedral, primer templo cristiano de Chile, estaba en penumbras. Adentro, Ricardo Lagos y Joaquín Lavín. La fecha exacta era casi la del cambio de milenio. Los dos candidatos a la Presidencia de ese momento se saludaron cordialmente. El maestro de ceremonias invita a ambos a salir hacia la Plaza de Armas. Afuera, un público expectante. Ahí, en el ombligo de Santiago, estaba la gente múltiple para despedir mil y recibir otros mil años. Un sacerdote muy joven dirigía el acto festivo y orante. Su nombre es Cristián Roncagliolo, el que será ahora ordenado obispo auxiliar de esta capital de Chile.
Alguien, en esa Plaza de Armas de entonces, comentó que en una comisión muy ecuménica de historiadores había habido opiniones harto contrapuestas acerca de la interpretación antropológica del cambio de milenio. Uno dijo: "Es raro, pero esa miscelánea de puntos de vistas se decantó en un papel coherente y aportativo". Recuerdo ahora que quien aunó en coherencia la diversidad, durante una seguidilla de encuentros, fue el joven sacerdote Roncagliolo.
Aquella noche estábamos justo entre las dos vueltas de la elección de Presidente de la República. Viene al caso hacer ahora memoria actual de esa reunión del saludo entre los dos políticos, uno de izquierda y otro de derecha. También, del ambiente en la plaza, que es el kilómetro 0 de todos los kilometrajes del Chile mestizo y plural. También la escena es recordable, porque el joven sacerdote es, desde ahora, obispo auxiliar del cardenal arzobispo de Santiago. También es pertinente, porque Roncagliolo ha sido y es amigo impulsor de mujeres y hombres jóvenes, que se van por el verano hacia un rincón y mil más, preparándose lúcidamente para ser líderes sociales del Chile de todos. El nuevo obispo Roncagliolo los ha sabido congregar, en Cristo Jesús, para servir a un Chile fraterno, también en tiempo de elecciones próximas.
P. Joaquín Alliende Luco