No hay ninguna posibilidad de extraviarse, aunque siempre se podrá matizar y mencionar las naves voladoras, los paisajes espaciales y los planetas coloridos; también el maquillaje y el vestuario de los personajes; y por cierto los efectos visuales.
Pero todo lo anterior no son más que salvavidas y recovecos, porque hay algo a todas luces evidente: "Guardianes de la Galaxia Vol.2" no se acerca al ingenio, humor y desparpajo de la primera película.
Es el mismo director y reparto, pero la secuela no le llega a los talones y donde había desenfado y recreo, ahora hay cálculo y sentimentalismo extremo: discursos, declaraciones y confesiones. Entre padre e hijo, padre adoptivo e hijo o entre hermanas, y siempre un rosario de encuentros recargados y lacrimógenos.
La coronación es la vieja frase de tantas sagas, que es una señal para reproducir comportamientos similares, repetir convenciones, personajes calcados y es la fórmula de la producción en serie.
Es lo que dice Dominic Torreto, algunas veces Sylvester Stallone -que actúa en un breve papel- y acá el grandulón de Drax (Dave Bautista): la familia es lo primero.
Es lo políticamente correcto, es el acuerdo global, lo bien pensante y es el producto que se construye sobre un caldo base, primario y elemental.
Desaparecieron la novedad y frescura de la película del 2014, en la que el mecanismo fue reírse de los clichés y dar vuelta el género de los superhéroes con humor, irreverencia e incluso acidez. Y así buscar su revés y el forro, para que revelara sus costuras y manchas, las tonterías, tantas repeticiones y ese rosario de lugares comunes.
En vez de ese riesgo y esa opción, la película gira sobre su eje y no avanza ni se mueve por esa dirección. Lo que hay son esbozos, gestos y detalles.
Habrá algún diálogo divertido de Drax con Rocket, el mapache, cada vez más domesticado.
O un chiste a una serie de los años 80, en este caso "El auto fantástico" y David Hasselhoff, el actor paquetón que la protagonizaba.
Tampoco las canciones de esos tiempos logran rescatar al conjunto, porque no se integran a la historia como en la primera película, y lo de ahora es más bien un wurlitzer.
La película apenas se divisa y es más bien burocrática y desangelada, porque en primera línea pueden estar los escenarios, desde luego el diseño y el vestuario, incluso la banda sonora con 14 canciones, nada menos, pero lo que no aparece es lo esencial: la aventura.
Y además una aventura delirante, dislocada y tan divertida como la película del 2014, y por eso, en consecuencia, la secuela es un desencanto y una desilusión.
Siempre, eso sí, por porfía, generosidad o compromiso, se puede ir al rescate de un par de cosas y de un puñado de detalles, pero no hay que engañarse, porque lo que había ya no está.
A lo mejor fue un espejismo.
"Guardians of the Galaxy. Vol. 2". EE.UU., 2017. Director: James Gunn. Con: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista.
136 minutos. Todo espectador + 7.