El fin de semana pasado se desarrolló el IV Festival de Ciencia Puerto de Ideas de Antofagasta. Más de 15 mil entusiastas participantes formaron parte de las diversas actividades de una agenda de programación multidisciplinaria en la ciudad del norte. Niños, jóvenes y adultos se sumaron a esta experiencia que nos reúne a todos en torno a la curiosidad, a ese placer inmenso que nos da sorprendernos, imaginar, descubrir y aprender.
Eso es precisamente lo que perseguimos en estos encuentros. Buscamos que los que saben mucho de biología, química, física, literatura o astronomía comuniquen la parte de su ciencia que conecta con otras ciencias o artes, para que así iluminen la parte oculta y secreta de sus trabajos. Nos importa que los especialistas puedan encontrarse con la parte de su especialidad que más los acerque a la vida cotidiana de los ciudadanos.
La ciencia no es entonces un mundo aparte de científicos y genios distantes. La ciencia es una forma de pensar el mundo y de pensarse en el mundo. Y si hay algo que compartieron los expertos en la mayoría de sus reflexiones fue la importancia central que tiene en la vida de todas las personas el preguntarse, fascinarse por lo desconocido y buscar respuestas: "El conocer y el entender son cosas casi reflejas de todos los seres humanos. El hecho de que seamos
homo curiosum es lo que nos diferencia de los animales. Tenemos la voluntad, el deseo y las ganas de conocer", afirmó el físico chileno Jorge Zanelli en "El placer de entender", diálogo que sostuvo con Adriana Valdés. Por otra parte, el psiquiatra italiano Giulio Tononi dijo en esta misma versión que aprender es la mejor forma de expandir la conciencia.
Mi experiencia me sugiere que no hay nada más contagioso que esta curiosidad. Estos festivales nos han demostrado que el público que participa quiere pensar, dialogar, intercambiar opiniones, cruzar información y asomarse a otros campos que pueden cambiar su propia disciplina. Quiere tomarse los espacios públicos, y más que nada, quiere seguir aprendiendo.
Nada sintetiza mejor el espíritu del festival que las palabras de Juan Villoro: "Soy mexicano en tiempos de Donald Trump, de modo que nada me parece más apropiado que derribar muros. Este festival establece vasos comunicantes entre disciplinas que no necesariamente se ponen en contacto. Vivimos en una era de hiperespecialización, donde algunos sabios se ocupan cada vez más de cada vez menos cosas. Vale la pena recuperar el diálogo entre las distintas áreas del saber y Puerto de Ideas sirve a este cometido".
Tal como el puerto se abre al océano para conectar las áreas más lejanas de la Tierra, el Festival busca abrir las ideas y lograr con ello ser un puente entre las áreas más diversas del conocimiento, para que aprender nunca deje de ser un desafío apasionante.
Chantal Signorio
Directoria ejecutiva de Puerto Ideas