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Cartas
Sábado 08 de abril de 2017
TVN, una estación pública ejemplar
Señor Director:
Resulta curioso, y hasta fascinante, que personas ubicadas en extremos del espectro político, como Sergio Melnick, en la derecha, y el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, coincidan, aunque por motivaciones aparentemente distintas, en enjuiciamientos negativos contra Televisión Nacional.
El primero afirma en reciente carta que "en los temas políticos, el canal tiene un claro sesgo político que se aprecia una y otra vez". No fundamenta con antecedentes fácticos su opinión, y, claro, todo en su carta apunta a que el sesgo sería favorable a la izquierda. Por su parte, el máximo dirigente comunista afirmó hace algún tiempo en Suecia: "El Gobierno de Chile no tiene medios de comunicación. Ustedes me preguntarán '¿y TVN, que es estatal?' (...) TVN a veces es peor que algunos de los privados". Más adelante agregó Teillier: "Eso no lo hemos podido solucionar". Yo digo, ¡qué bueno que no lo hayan solucionado!
Lo cierto es que Televisión Nacional ha construido un patrimonio de credibilidad y pluralismo bastante admirable en los últimos 25 años, y esto, en buena parte, se debe a los profesionales que han luchado por mantener una cultura de la información asociada con valores universales del periodismo libre tal como se practica en Occidente y en todas las grandes democracias del mundo, con respeto por la verdad y por los hechos. Gracias también a directores ejecutivos como Jorge Navarrete, René Cortázar, Daniel Fernández y Mauro Valdés, que, dejando a un lado sus simpatías políticas, se la jugaron por un modelo de televisión pública independiente y autónoma.
No ha sido fácil. El autofinanciamiento determina muchas veces los contenidos, los éxitos y fracasos programáticos. Políticamente, siempre hay presiones e intentos de instrumentalización, pero en la sumatoria de estos años de ensayo y error -con distintos gobiernos y diferentes directorios integrados por personeros de izquierda, del centro y de la derecha-, lo que queda son espacios y programas de la televisión pública que han acogido a todas las corrientes de opinión, con un respeto irrestricto por las vocerías políticas, por las expresiones sociales, religiosas y culturales del país.
Esta televisión pública, con sus distintas plataformas, ha resultado ejemplar, en muchos sentidos, en América Latina, donde proliferan las televisoras estatales al servicio propagandístico de los gobiernos, y televisoras privadas al servicio económico y político de sus dueños. Creo que el "ambiente" de libertad y respeto por la diversidad que hay en la televisión chilena actual se debe en buena parte a la existencia de Televisión Nacional de Chile.
Santiago Pavlovic U.