"Stan Lee's Lucky man" y "Taboo" son dos series que tienen a Londres como telón de fondo. La primera, en la urbe actual y moderna; la segunda, en 1814, entre el barro de las calles y el estiércol de las esquinas. Dos series que pueden escaparse de la atención mediática, pero que son toda una sorpresa, porque la capital inglesa -o lo que se supone resume esa expresión- deja que el concepto "british" contagie para bien tanto las historias, modos y códigos de "Lucky man" -creada bajo la premisa de un superhéroe por el padre de los superhéroes Marvel, Stan Lee- como de "Taboo", concebida y actuada por el soberbio Tom Hardy ("Mad Max").
En "Stan Lee's Lucky man", la suerte del policía ludópata y fracasado Harry Clayton (James Nesbitt) cambia cuando una mujer le da un brazalete indeleble que le permite tener solo buena fortuna. El tema parece sacado de un cómic de paladines, pero en manos del equipo creativo de esta serie (entre los que hay directores de episodios de "Downton Abbey", como Jon East), la historia toma la forma de un digno policial británico que podría descansar bajo la sombra de "Luther", por ejemplo. "Lucky man" le toma el pulso al Londres actual, al gris moral de los habitantes que delinquen y viven del crimen, y lo único sobrenatural, la pulserita y su suerte, está tan bien incorporado a la historia que la cosa no queda en el típico divorcio entre lo real y la fantasía que reina en muchas series fallidas.
"Lucky man", cuya segunda temporada recién comenzó, funciona porque escuchó el "London calling", el llamado de Londres. Lo mismo pasa con "Taboo", una serie oscura, con espesuras morales profundas y una puesta en pantalla que por ratos puede parecer el viaje al subconsciente de un protagonista torturado, un bestial y feroz James Keziah Delaney, construido por Tom Hardy en un Londres de época cuya principal motivación es regresar de un ostracismo de varios años a reclamar lo suyo tras la muerte de su padre. Herencia, nombre y prestigio perdidos se muestran en un juego de poder que en la superficie deja ver el "malvado" ejercicio monopólico de la "East India Company".
"Taboo" podría ser la descripción del viaje concéntrico de un demente en su propia cabeza, pero la geografía londinense de 1814 -por lo menos al inicio- le da el sentido y la grandeza de un tremendo estudio social, como si fuera una novela con tufillo victoriano, pero dejando detrás de sí el sentido romántico que representa el luto de un paraíso perdido que jamás volverá a ser lo que fue.
"Lucky man", martes a las 22:00 horas; "Taboo", domingos a las 22:30 horas, ambos por Fox Premium.