Ahora, zombies surcoreanos. Estos tienen algo más de historia, porque comenzaron en 1978, con La mariposa asesina, una fantasía con alta carga ideológico-política dirigida por el muy interesante Ki-young Kim. Desde entonces, los zombies han tenido cierta presencia en el cine surcoreano. Estación Zombie la refuerza doblemente, porque además es parte de un díptico completado por Estación Seúl, también dirigida por Sang-ho Yeon, aunque en formato de animación (que es la especialidad de este director), cuya historia transcurre un día antes, por lo que en cierto modo explica los extraños sucesos de Estación Zombie.
Y entonces, ¿hay alguna diferencia entre los zombies surcoreanos y los de otras latitudes? Nada en lo sustancial, pero sí en lo operativo: estos no muertos son velocísimos, se transforman a los pocos segundos de haber sido mordidos y corren y saltan tras los vivos unos por encima de otros. Constituyen jaurías aún más rápidas que las de Exterminio, la cinta de Danny Boyle que cambió el patrón tradicional de los zombies lentos y torpes.
Estación Zombie se centra en el asesor financiero Seok Woo (Yoo Gong) y, sobre todo, en su pequeña hija Soo-an (Soo-an Kim), que lo obliga a llevarla a Busan a visitar a su madre en el día de su cumpleaños. Seok, culposo por el continuo descuido de su familia, sale con la niña al amanecer para embarcarse en el KTX, el tren expreso que atraviesa en poco más de dos horas los 325 kilómetros entre Seúl y el gran puerto de Corea del Sur.
En Seúl están ocurriendo cosas raras, pero Seok apenas se da cuenta. En el segundo antes de la orden de partida, sin que los guardias lo adviertan, sube al tren una mujer infectada. Esto es suficiente. En el minuto 21 ya está desatado el caos. En el proceso de defenderse, Seok se enfrenta con un trabajador robusto y violento, Sang Hwa (Dong-seok Ma), que lo considera una "sanguijuela" del mundo financiero. Ambos serán los protagonistas de la lucha por los asediados vivos.
La situación del tren es bastante angustiosa cuando se entregan las informaciones de la televisión: otras ciudades están sumidas en la violencia, hay muertos por todos lados y Corea del Sur se sumerge en la catástrofe. No es seguro detenerse en ninguna estación antes de llegar a la aún distante Busan.
Así funciona esta película, por acumulación: una tensión tras otra, cada una mayor que la anterior, del incidente al apocalipsis, filmada con la velocidad y la lógica del cómic. Cortes secos, primeros planos abruptos, detalles salvajes.
Y está cargada de comentarios sociales. Sobre la codicia, la familia, el egoísmo, la solidaridad, la crueldad, el capitalismo, muy a menudo maniqueos y con el inaguantable aspecto de un manual de lecciones morales para la pequeña Soo, que ni siquiera las necesita. Hay momentos en que los vivos se comportan peor que los zombies y otros en que las fuerzas de seguridad pública están convertidas en hordas devoradoras. Pero después de todo, considerando al vecindario, quizá sea normal que la pesadilla apocalíptica de los surcoreanos sea una horda de zombies.
Estación Zombie
Busanhaeng
Dirección:
Sang-ho Yeon.
Con: Yoo Gong, Soo-an Kim, Yu-mi Yeong, Dong-seok Ma, Ahn So-hee, Woo-sik Choi, Gwi-hwa Choi.
118 minutos.