Un joven, rara avis que a estas alturas del siglo le gusta leer, quiere saber qué leíamos cuando jóvenes los viejos del restaurante de la esquina. Sostiene que nuestros entretenidos debates, nuestros dichos y citas le llaman la atención. Le decimos que, si tiene tiempo, le hacemos una lista de nuestras lecturas favoritas en revistas, diarios, libros... Se sienta y escucha entusiasmado: "En aquellos bellos días leíamos Batman, Superman, Tarzán, Roy Rogers, el Llanero Solitario, Flash Gordon, Los Halcones Negros, el Fantasma, Mandrake el Mago, Lorenzo y Pepita, Don Fausto y Crisanta, Maldades de Dos Pilluelos, Popeye, El Reyecito, Dick Tracy, el Conejo de la Suerte, las historietas Disney, Patoruzito, las Selecciones del Reader's Digest, las revistas El Peneca, Ecran, Simbad, Billiken, Okey (aquí aparecía Condorito), Zig-Zag, En Viaje, Leoplán, el Almanaque 18, Pobre Diablo, Rico Tipo (en estas venían personajes como Fulmine, Pochita Morfoni, Pan de Dios...), novelas breves de Mickey Spillane, Marcial Lafuente Estefanía, H.G. Wells, Isaac Asimov...". "¡Pare, me rindo! -dijo el joven-. Estoy abrumado, pero aprendí la lección. Si quiero ser imaginativo, creativo, expresar bien mis ideas, debo leer.

"¡Cómo pudieron leer tanto!". "Bueno, tú también lo puedes hacer si descubres que la lectura es un vicio exquisito, pero no te asombres tanto porque todo eso lo leíamos en un mes...".

MENTESSANA