Esta película es el comienzo de una saga que emerge del frondoso y tupido universo y mitología de Harry Potter.
J.K. Rowling escribió el guion, basado en su propio texto. El director David Yates fue el responsable de las últimas cuatro películas de Potter: 2007, 2009, 2010 y 2011. Y además se repiten el editor y los diseñadores.
La diferencia es que no es una película con preadolescentes como protagonistas, en el colegio y en primero medio, por dar un ejemplo; sino con adultos que padecen autoestima variable, curiosidad investigativa infatigable, están en proceso de fijar su identidad, sufren fluctuaciones de ánimo y tendencia al juego grupal.
En otras palabras: son adultos que se comportan como preadolescentes.
Esto explica las abundantes fugas, persecuciones y desde luego destrozos, que sazonan la película.
Generalmente detrás de un monstruito o bien escapando de un monstruo: una suerte de ornitorrinco que traga oro y plata, una mezcla de hipopótamo con rinoceronte, un dragón azul plegable y un palote verde y sentimental, entre otros.
Hay una parte de la película próxima a la comedia infantil, porque en este género se tolera que los adultos cometan payasadas y se comporten como niños.
El mago Newt Scamander (Eddie Redmayne), que desembarca en Nueva York en la década del 20, con la misión de atrapar a los seres fantásticos que se escapan de los magos y no digamos de los humanos.
Las hermanas Goldstein, ambas con poderes mágicos, donde Tina (Katherine Waterston) es recatada y pudorosa, y su hermana Queenie (Alison Sudol), precisamente lo contrario.
Cierra el grupo un no mago, Jacobo Kowalski (Don Fogler), un obrero de fábrica que sueña con abrir una pastelería.
La subdivisión del cuarteto es con dos parejas incipientes y donde lo que hay no son más que preámbulos y preliminares, porque en realidad se ven como adultos, pero no es eso lo que realmente son.
Este cuarteto tiene al frente a un enemigo en formación y aún disgregado, con unos personajes que al menos responden a su grupo etario y son los que mejor evocan el universo de Harry Potter.
Los adultos son adultos: el mago Graves (Colin Farrell) y la fanática predicadora Mary Lou (Samantha Morton). Los niños son niños y, en este caso, víctimas. Y el joven Credence (Ezra Miller) es un adolescente golpeado, engañado y aún indeciso en la zona del oscurantismo, el miedo y la venganza por el daño recibido.
En pocas palabras: la película no tiene zona oscura ni enemigo respetable.
"Animales fantásticos y dónde encontrarlos" instala una saga y cumple con lo justo, porque deja radier, obra gruesa y unos tijerales que son una sucesión de finales lacrimógenos e irritantes.
Por el bien y continuidad de la serie, eso sí, la segunda película tendría que ser mejor que la primera.
"Fantastic beasts and where to find them". Reino Unido-EE.UU., 2016. Director: David Yates. Con: Eddie Redmayne, Katherine Waterston, Colin Farrell. 133 minutos. T.E.