El martes, en el Teatro Municipal de Las Condes, el Trío Filarmónico, integrado por la violinista Holly Huelskamp, la chelista Katharina Paslawski y el pianista Luis Alberto Latorre, se presentó en el marco de la Temporada Fernando Rosas de la Fundación Beethoven.
El Trío Hob. XV:25 de Haydn es el más popular entre los más de 40 tríos con piano que compuso. Una de las razones es el famoso "Rondó a la húngara" final, divertimento que recoge aires más zíngaros que húngaros. La pieza exige virtuosismo y gran soltura para revivir las veleidades gitanas, lo que fue ampliamente logrado por los excelentes intérpretes que nos hicieron participar de una fiesta campesina desenfadada. Antes, el Poco adagio cantabile había logrado una atmósfera ensoñada al servicio de la preciosa vena melódica del compositor.
Si el trío de Haydn es, básicamente, una obra para piano acompañada de violín y chelo, fue el propio Haydn quien marcó las nuevas reglas del juego a partir de sus cuartetos de cuerda opus 33. Todos los instrumentos tienen, democráticamente, un rol autónomo que jugar, sin hegemonías. Ese nuevo lenguaje apareció para quedarse y toda la música de cámara posterior (Mozart, Beethoven, románticos y modernos) se inscribe en la nueva manera. Por eso el Trío opus 8 de Brahms demostró claramente esta evolución de los procedimientos.
Brahms compuso dos versiones del Trío opus 8, separadas por 35 años. Sin embargo, ya en la primera versión, el compositor de 21 años exhibe una identidad absoluta en su estilo. La segunda versión (que fue la escuchada) es más concisa y representativa de la fusión de clasicismo y romanticismo, pero igualmente monumental y arrebatadora. El Trío Filarmónico brindó una versión de excelencia premiada con generoso aplauso, dentro de lo que puede darse en un público que no se caracteriza por su efusión.
La popularidad del cuarteto con piano opus 47 de Schumann también descansa en un movimiento, el Andante cantabile . La melodía principal es una canción sin palabras, al borde de la sentimentalidad lacrimógena. El original primer movimiento -un Allegro puntuado por detenciones Sostenuto - o el mendelssohniano Scherzo se diluyen en el Finale , de espesa retórica romántica, con pasajes que parecen improvisaciones en la enrevesada textura. Para esta obra se integró como invitado el violista italiano Massimo Paris, de reconocida trayectoria en sus múltiples facetas de solista, director y pedagogo y si bien su presencia fue importante, habría sido deseable haberlo oído en obras que lucieran mejor sus indiscutibles méritos.
El Trío Filarmónico demostró una vez más tener un muy bien ganado lugar entre nuestros grupos de cámara.