Mariana Penaforte

Un alza de dos puestos mostró Chile en el Índice de Competitividad Global 2016-2017, elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibánez (UAI). Este año, el estudio tuvo, además, el apoyo de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que se sumó al análisis y difusión del informe.

Así, el país pasó de ocupar el lugar 35 el año pasado a la posición 33 en esta medición y sigue liderando en Latinoamérica. Si bien avanza, sigue distante de su mejor ubicación histórica, alcanzada en la edición 2004-2005, cuando ocupó el puesto 22.

Este año, la medición abarcó a 138 países y, al igual que en 2015, fue liderado por Suiza, seguido de Singapur, Estados Unidos, Holanda y Alemania. Se realizaron más de 14 mil encuestas, 345 de ellas en Chile.

Para Ignacio Briones, decano de la Escuela de Gobierno de la UAI, las cifras muestran un estancamiento más que un progreso. Ello, porque pese a que se avanza en el ranking , el puntaje que marcó Chile no cambió nada en relación con la medición anterior, marcando nuevamente 4,6 puntos, de un rango de 1 a 7.

"El valor absoluto del indicador no cambia. Nuestra mejora relativa es porque en el margen lo hicimos mejor que otros. Seguimos mostrando los mismos cuellos de botella de siempre: en el mercado laboral, en nuestro sistema educativo y en nuestra capacidad para innovar", dice el académico.

El deterioro en la visión de las instituciones

Una preocupación transversal fue por el comportamiento de uno de los 12 pilares que componen el índice, el que dice relación con las instituciones, que bajó tres posiciones hasta el lugar 35. "Si bien este pilar continúa siendo una fortaleza, pareciera que hay una vinculación con el deteriorado clima de confianza al que hoy nos enfrentamos", dice Alberto Salas, presidente de la CPC.

De los 21 subindicadores que componen este pilar, por lo menos 15 mostraron un deterioro este año, y seis lo hicieron de manera significativa. Estos miden: Desvíos de fondos públicos; Confianza pública en los políticos; Favoritismo en decisiones de funcionarios de Gobierno; Carga de regulación estatal; Confianza en los servicios de la policía y el Comportamiento ético de las empresas.

También hay preocupación por la variable que mide los costos del crimen y la violencia para las empresas, que cae 15 posiciones y queda en el lugar 86. Además, se retrocede en lo que dice relación con los costos de las acciones terroristas para los negocios, lo que, según Briones, podría estar relacionado con la visión empresarial de la violencia en La Araucanía.

En lo positivo, Chile sigue destacando en tres de los 12 pilares, que se ubican por sobre su posición global en el índice: Macroeconomía, Desarrollo del Mercado Financiero y Educación Superior y Capacitación.

Baja en la innovación

El pilar de innovación muestra un retroceso de 13 puestos respecto de 2015, ocupando el lugar 63 y siendo el segundo pilar peor evaluado del país, luego de salud y educación primaria.

"La innovación es un factor clave para mejoras de productividad, pero para eso necesitamos un entorno amigable para la innovación, y en este minuto no estamos en un entorno favorable", dice Joanna Davidovich, directora ejecutiva de la Comisión de Productividad de la CPC. Señala que los desafíos que tiene Chile para mejorar su competitividad y aumentar la productividad para lograr un mayor crecimiento son los mismos: mejor capacitación y formación de capital humano, reducir burocracia, mayor eficiencia en los procesos, mejores regulaciones, mayor flexibilidad laboral, mayor capacidad para innovar.

Por su parte, el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, señala que pese a la caída de 13 lugares en el pilar de innovación, Chile sigue siendo el país de Sudamérica mejor ubicado en ese segmento. "Es destacable la mejora del índice en cuanto a la calidad de las instituciones de investigación y la disponibilidad de científicos e ingenieros. La principal debilidad que muestra el reporte este año es la conexión universidad-empresa y especialmente la inversión en I+D del sector privado", puntualiza la autoridad.