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Editorial
Domingo 25 de septiembre de 2016
Bajo uso del posnatal masculino
La brecha en las remuneraciones entre hombres y mujeres puede ser clave al momento de decidir quién toma el posnatal parental...
No debiera sorprender que desde que se promulgó la ley sobre el permiso posnatal parental hace cinco años hayan sido tan pocos los padres de familia que se han acogido a este beneficio. Menos de 300 trabajadores al año han hecho uso del permiso para cuidar a sus hijos, cuando la madre volvió a sus tareas fuera de la casa, mientras que cerca de cien mil mujeres han tomado su posnatal cada año desde 2011.
Puede haber múltiples causas para este bajo interés por el posnatal masculino, el que no se refiere a los cinco días de permiso posparto, sino el que reemplaza a la mujer en sus tareas de crianza. Algunos estudios consideran que causas culturales son las más probables, como también el hecho de que no hay mucha información ni difusión de las garantías que da la ley (fuero) a los hombres que deciden reemplazar a la madre durante ese período crucial en la vida del niño.
Aun cuando las costumbres están cambiando, en Chile todavía es la mujer la que se hace cargo del cuidado de los hijos. Pero cada día más los varones participan en esas labores, especialmente si la mujer también labora fuera del hogar. Lo que hace un par de generaciones era impensable (un papá mudando guagua) hoy es tan habitual como los hombres que asumen un papel protagónico en la cocina. Pero lo que por ahora todavía puede ser solo un apoyo al papel de la mujer en la crianza, para que esta sea verdaderamente compartida, se requiere un cambio cultural que es por definición gradual, por lo que no debe esperarse un giro abrupto en la conducta y en la práctica familiar.
De las 24 semanas que cubre el subsidio posnatal, la mujer puede traspasar al padre las últimas seis semanas de permiso, en la misma modalidad elegida por ella, es decir, en jornada completa o parcial. Quizás aquí hay otro motivo por el cual los hombres no se hayan interesado en el subsidio. Si la madre eligió jornada completa, podría ser que los padres prefieran tener solo media jornada de dedicación a su hijo, de manera de no abandonar totalmente su puesto de trabajo, por temor a perjudicar su "carrera" profesional, algo que las madres parecen asumir con mejor disposición como costo de la maternidad. Mayor flexibilidad en este aspecto podría ser un incentivo.
Una dimensión crucial que no debe subestimarse es el económico. La brecha en las remuneraciones entre hombres y mujeres puede ser clave al momento de decidir quién toma el posnatal parental. El subsidio tiene un tope mensual de 74,3 UF, menos descuentos legales, lo cual significa que privarse del sueldo completo del hombre es más costoso si es que sus ingresos son mayores a los de la mujer. No es extraño entonces que la mayoría de quienes se han tomado el posnatal sean hombres de ingresos medio-bajos.