Señor Director:

Un alcalde comunista busca notoriedad prohibiendo el rodeo chileno en su comuna. Su objetivo es comparable con eliminar el tango en Argentina, las gaitas en Escocia o la samba en Brasil. Antes de iniciar su cruzada, el alcalde Jadue debió estudiar un poco más la naturaleza de su enemigo. El rodeo chileno es nuestro deporte nacional. Se practica de Arica a Tierra del Fuego. Lo practican decenas de miles de chilenos y atrae a millones de espectadores. Representa lo mejor de nuestras tradiciones, y además es una perfecta interacción entre jinete, caballo y novillo. Nadie maltrata a nadie. En los rodeos se dice en broma que el jinete quiere tanto a su caballo como a su propia mujer.

En relación con los eventuales daños que se le producen al novillo, esto ha evolucionado, y para bien. Las normas son muy estrictas, y si el jinete castiga al animal, es inmediatamente sancionado.

El campo chileno disfruta cada fin de semana con rodeos vecinales, comunales, provinciales y nacionales. El colorido de los chamantos, el cantar de las cantoras y la estampa del caballo chileno se entremezclan con alegría y emoción.

¡Qué pobres argumentos da el edil de Recoleta para sostener su ideología! El comunista siempre está en contra de lo nuestro. El comunista prefiere la canción protesta, la bandera roja y el ataque a lo tradicional. En el caso del rodeo, ahora se asocian con animalistas extremos.

Los ciudadanos esperan de las autoridades comunales mayor concentración y dedicación a lo que les es propio. El rodeo chileno seguirá más vivo que nunca, y el intento de prohibirlo será respondido con una multitudinaria asistencia en los clasificatorios que se avecinan y con un lleno total en Rancagua 2017. Si el alcalde Jadue cambia de opinión y quiere asistir al Champion de Chile, le recomiendo comprar las entradas ahora, pues se agotarán en corto plazo.

Andrés Montero
Agricultor