Sin la misma estridencia, sin tanta televisión, sin escándalo mundial y sin movimientos civiles parece que, a final de cuentas, Perú tuvo su propio Vietnam. Así es como el cine peruano ha venido representando la guerra librada entre el Estado y Sendero Luminoso, entre 1980 y 1992, un conflicto que dejó casi 70 mil muertos en 12 años. La película seminal fue, como siempre, una de Francisco Lombardi, La boca del lobo, que en 1988 anticipó la catástrofe psicológica y moral que se estaba produciendo entre las fuerzas armadas en la lucha contra un enemigo salvaje.
Magallanes sigue esa misma senda, aunque hay dos historias en ella.
Una, la primera, la que tiene la misión de estructurar la progresión del relato, es una intriga policiaca: Harvey Magallanes (Damián Alcázar), taxista ocasional y chofer del coronel Avelino Rivero (Federico Luppi), que fue su superior durante la guerra en Ayacucho y ahora sufre de Alzheimer, encuentra la manera de extorsionar al hijo del coronel y ganarse una pequeña fortuna. Cuenta con la ayuda de su hermana Hermelinda (Tatiana Espinoza) y, cuando las cosas se ponen feas, también echa mano de otro compañero de cuartel, el violento Milton Ocharán (Bruno Odar).
El caso es que el instrumento de la extorsión es el recuerdo de Celina Malqui (Magaly Solier), una mujer de origen quechua que fue capturada por el coronel cuando aún era una adolescente. Con ella se abre la segunda historia, la principal, la que retorna al infierno de la guerra en la sierra ayacuchana.
Este es el debut en la dirección de Salvador del Solar, uno de los actores más exitosos de Perú, que encarnó al inolvidable capitán Pantoja en Pantaleón y las visitadoras. Es visible que esta película, basada en un cuento de Alonso Cueto, ha sido muy cuidadosamente diseñada, que es una obra "de taller", con un ritmo planificado para conducir, paso por paso, a una secuencia de gran ejecución, como la de la persecución en el mercado de Polvos Azules.
Pero, contra lo que es usual, esa planificación no les ha quitado intensidad a algunos de sus mejores momentos (como la brillante secuencia de la carrera de Celina por los cerros de Lima), ni ha atenuado nada de la desgarradora situación de los protagonistas de la guerra. Este es un filme acerca de víctimas y victimarios, de abusados y combatientes, gentes que permanecen atrapadas en un pasado irreversible, donde todo se ha dicho y se ha hecho, y ya no cabe ni siquiera la posibilidad del perdón, apenas la del Alzheimer. Sin embargo, Magallanes no es solo la historia de un incidente perdido en la sierra; a pesar de que esa es la escala en que se mueve, resuena con la fuerza y el desgarro de una tragedia nacional.
Magallanes
Dirección: Salvador del Solar.
Con: Damián Alcázar, Magaly Solier, Federico Luppi, Christian Meier, Jairo Camargo, Tatiana Astengo.
109 minutos.