Señor Director:

En plena carrera por la presidencia de los Estados Unidos, llama profundamente la atención el plan educativo propuesto por Hillary Clinton. En una conferencia anual, realizada el pasado martes, la candidata demócrata anunció un programa que pretende eliminar de manera gradual, y por etapas, los aranceles de universidades públicas y colleges para los estudiantes que provengan de las familias de menores recursos.

El plan contempla, en una primera etapa, otorgar gratuidad a los estudiantes de familias que tengan un ingreso anual de hasta US$ 85.000 (4,6 millones de pesos mensuales), quienes podrán acceder a este beneficio por un período de cuatro años. En una segunda etapa, el beneficio irá aumentando US$ 10.000 anuales hasta el 2021, año en que los estudiante de familias con ingresos menores a US$ 125.000 (6,8 millones de pesos mensuales) no pagarán arancel. De implementarse esta medida, alrededor del 80% de las familias estadounidenses serían beneficiadas.

Cabe destacar que en el país norteamericano la matrícula se concentra en los planteles públicos financiados (estatales), donde estudian 13,2 millones de estudiantes, versus 5,1 millones que asisten a planteles de carácter privado, lo que da cuenta de que el esquema privatista no parece haber sido adoptado.

Así, vemos con sorpresa que uno de los países íconos del neoliberalismo a nivel mundial pretende consolidar un modelo cuya columna vertebral sea la educación pública y gratuita. A través de propuestas concretas, Estados Unidos podría dar un salto decisivo en el fortalecimiento de las instituciones estatales logrando, a través de su capital educativo, el desarrollo humano y social desde una perspectiva de derechos.

Así, tengo la firme convicción de que nuestro país debe transitar por el mismo camino y que fortalecer la educación pública abrirá nuevos horizontes y un mejor futuro a miles de jóvenes vulnerables pero talentosos, que hoy aspiran a una educación superior que les permita superar las barreras de segregación social y, junto con ello, alcanzar un nivel de desarrollo transversal de nuestra sociedad. Porque si Estados Unidos está pensando en un modelo que potencie las universidades estatales, quiere decir que la tendencia mundial apunta en esa dirección y, no cabe duda, Chile no puede quedar ajeno a este cambio de paradigma.

Juan Manuel Zolezzi Cid
Rector de la Universidad de Santiago de Chile