El productor Jason Blum ha hecho una carrera bastante exitosa en el terror de presupuestos chicos pero sustos grandes. Suyas son las "Actividad paranormal", las "La noche del demonio" y las "Siniestro", por nombrar algunas, y con esta película vuelve a probar su fórmula: un par de personajes encerrados en unas pocas locaciones, apariciones espectrales cada vez más intensas y una resolución climática acotada y al grano, donde se explican los porqués y se derrota al mal (o no). "Yo vi al diablo" cuenta la historia de Eveleigh (Isla Fischer), una mujer que sobrevive un traumático accidente para luego radicarse en un viñedo donde intentará hacer una vida junto a su marido mientras espera al hijo de ambos. Pero lo que debía ser un embarazo idílico pronto se tiñe de paranoia, visiones sobrenaturales y mucho ruido repentino para enervar al prójimo. Con citas a películas mucho mejores (como "El bebé de Rosemary" o "Al interior"), la historia se estira hasta lo impensado, alargando los minutos y guardando innecesariamente las escasas y débiles sorpresas para un tercer acto que es pura torpeza y cero suspenso. Una película donde todos los involucrados parecen estar en piloto automático y que jamás debió pasar prueba de calidad alguna. Jason Blum retrocede dos pasos en su carrera por ser el "Rey Midas del Terror". Mal ahí, Blum.
"Visions". EE.UU., 2015. 96 minutos, mayores de 14.