Señor Director:

Tal como lo informa "El Mercurio" de ayer, la Unicef reveló que Chile es el segundo país con el mayor porcentaje de pobreza infantil de las 41 naciones analizadas. Uno de cada cuatro niños en Chile es pobre, sumando la inmoral y vergonzante cantidad de un millón 200 mil menores. Somos un ejemplo internacional de la desigualdad e inequidad.

Esto es gracias a un Estado insensible e irresponsable, que sigue concentrado en gastar de manera improvisada todos sus recursos en la educación universitaria (sin preocuparse de su calidad) y postergando la educación pública parvularia y básica para los niños más pobres, quienes se ven obligados a recibir una educación pública de pésima calidad que los condena a seguir viviendo en la pobreza y marginalidad.

Pero claro, los niños y niñas pobres no votan, no marchan por las calles y no generan dividendos electorales en el corto plazo. Son los "guachos" a quienes por años hemos abandonado, por lo que estamos acostumbrados a ignorarlos sin mayores costos políticos, aunque con ello estemos generando las condiciones para una futura explosión social, con sus consecuencias para la sana convivencia democrática.

Víctor Pérez Vera
Ex rector de la Universidad de Chile