Nancy, enferma terminal de cáncer, rememora su vida, una vida rápida, vertiginosa incluso, y dura como la miseria, el alcoholismo, el dolor y la indefensión. En Ch., el pueblo en donde vive, cadáveres de mujeres aparecen entre las olas del mar. Su hermano está desaparecido. Sus padres se separan. Nancy, finalmente, se va, pero solo para repetir historias de desolación, abandono y enfermedad. El libro está puntuado de cruces, que funcionan a veces como un recurso para dejar en suspenso las frases o como una representación gráfica de la áspera realidad que viven los protagonistas, que se alterna con abundantes citas de la Biblia y de otros libros religiosos, como el escrito por el fundador de los mormones. Nancy crece como evangélica y en el camino se bautiza como mormona; pero de ahí viene la resignación más que la rabia, la aceptación muda de la desgracia más que el intento por torcerle la mano al azar que la lanza a otros países y a otros brazos que no la rescatan ni la sostienen.
Lloret demuestra, en su primer libro, que es dueño de un estilo bien trabajado, que va más allá de la frase corta. Su escritura fluye con naturalidad y tiene hallazgos como: "Una mañana sentí un golpe entre las orejas, elástico, como si algo en mi cerebro hubiese cambiado sin dejar dolor", frase con las que explica el cambio súbito de sentimientos hacia el primer hombre que la poseyó, sin indicar la causa; es una manera de reconstruir las subjetividades a partir de recursos medidos y exactos, una suerte de exploración de la superficie donde los pequeños afloramientos indican los profundos movimientos que no se ven y que son imposibles de describir. Es un rasgo más de la original aproximación de Lloret a la narrativa, que se suma a una estructura quebrada, con saltos temporales, con idas y vueltas que no afectan en modo alguno la progresión narrativa de un libro capaz de sobrecoger en el mejor sentido de la palabra, por su honda percepción de cómo se vive la miseria y su capacidad para mostrar, sin adornos inútiles ni autocompasión innecesaria, la tragedia de vidas condenadas a destinos miserables. Tiene el mérito adicional de no irrumpir en el concierto con un pistoletazo: más allá de la lectura política o religiosa, más allá de la denuncia, hay un texto literario que se sostiene perfectamente y que es un innegable aporte al paisaje de la narrativa chilena joven.
BRUNO LLORET.
Editorial Cuneta,
Santiago, 2015.
142 páginas.