Señor Director:

En los próximos días será votado en el Senado el esperado proyecto de Ley de Aportes al Espacio Público. Pese al consenso en torno a que toda nueva construcción se haga cargo de sus impactos viales y contribuya a mejorar el espacio público, luego de dos años de discusión, el texto final complejiza y agrega materias ajenas al espíritu original de la ley, que derivarán en dificultades de implementación, mayores costos e incertidumbre para vecinos y desarrolladores.

El nuevo proyecto, en vez de resolver las deficiencias de las actuales mitigaciones viales (EISTU), masifica su utilización con un nuevo tipo de estudio caso a caso, que colapsará las capacidades municipales y no asegura una definición objetiva de las obras a realizar. Además de estas mitigaciones directas, agrega el pago de un aporte en base a un complejo sistema de cálculo, orientado a financiar obras de espacio público y equipamiento contempladas en un plan que cada municipio deberá desarrollar y priorizar. En ausencia de dicho plan, parte importante de los recursos serán destinados a obras de transporte público que nada tienen que ver con parques o plazas. Conociendo las dificultades que tienen hoy los municipios para actualizar sus planes reguladores y responder a tiempo a los requerimientos, de aprobarse el proyecto como está, lamentablemente, los más deficitarios de espacio público de calidad no contarán con estos planes y los fondos podrían terminar financiando corredores del Transantiago.

Si bien es importante mejorar la inversión en transporte, nos preocupa que se esté legislando para todas las ciudades presionados por contingencias sectoriales de la capital y que, además, no se estén considerando los efectos que esta ley pueda tener en el encarecimiento de la construcción, la arbitrariedad y estancamiento que se podrá producir en los tiempos de aprobación de proyectos.

Creemos que se necesita una buena Ley de Aportes. La solución es volver al diálogo que recupere el espíritu original de la ley, en la que todos paguen en forma proporcional al impacto que generen, con un monto conocido con anticipación y que los recursos efectivamente se inviertan en espacios públicos que congreguen y mejoren la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Ricardo Abuauad
Director Escuela Arquitectura UDP

Pablo Allard
Decano Facultad Arquitectura y Arte UDD

Félix de Amesti
Consultor y académico UDD

Louis de Grange
Académico UDP

Pilar Giménez
Ex jefa División Desarrollo Urbano Minvu

Carolina Katz
Directora Magíster Construcción Sustentable UDD

Antonia Lehmann
Premio Nacional de Arquitectura

Alberto Texido
Académico Fac. de Arq. y Urbanismo U. de Chile