Un día como hoy, hace exactos 475 años, Pedro de Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo. Y hace casi dos siglos -199 años para ser más exactos-, el Ejército Libertador selló la victoria de Chacabuco cuando caía la tarde del 12 de febrero de 1817. Justo un año después se firmó la declaración de Independencia en Talca.
Pasan cosas en la historia de Chile los 12 de febrero. Y también están ocurriendo cosas en el mercado editorial en torno a nuestra historia no tan reciente. Un vistazo a las librerías muestra una nutrida oferta en la materia, difícil de encontrar años atrás. Aparecen visiones noveladas de distintos acontecimientos de la Guerra del Pacífico, como "Huáscar" de Carlos Tromben. También múltiples narraciones de episodios del "lado B" de la historia, entre ellas la popular "Historia secreta de Chile" de Jorge Baradit. Estudios sobre los soldados de Napoleón en Chile o en torno a las batallas de Concón y Placilla se inscriben en el marco de un heterogéneo abanico, que abarca desde rigurosas investigaciones hasta enfoques decididamente livianos.
Pero sin duda el mayor -o al menos el más inesperado- batatazo en este campo parece ser "Un veterano de tres guerras", que se anuncia en librerías como "el best seller del año 2015". Pocos habrían podido anticipar hace un año -no lo hicieron varias editoriales que rechazaron el original- que esta obra de 474 páginas y sencilla portada sepia completaría más de diez meses en el ranking de los libros más vendidos y sería el ejemplar escogido por muchos veraneantes para leer en sus vacaciones.
Tres momentos cruciales en la evolución de Chile -Guerra del Pacífico, campañas de La Araucanía y Revolución del 91- son revisados a través de los vívidos recuerdos del abogado y militar José Miguel Varela, redactados por Guillermo Parvex. La soltura y naturalidad de la narración, que no escabulle la descripción de momentos cruentos y otros muy cotidianos, ha constituido un poderoso anzuelo para muchos lectores que no solían leer historia de Chile. Son buenas noticias. Como dijo Tocqueville, "cuando el pasado ya no ilumina el futuro, el espíritu camina en la oscuridad".
El renovado interés de los lectores y el hecho de que la rígida división entre "historia académica" e "historia de divulgación" parece estar cediendo hacia campos más matizados puede ser la oportunidad para impulsar nuevas iniciativas editoriales. El género de la biografía histórica (poco cultivado en Chile, en relación con otros países) es una opción para abordar los pliegues e intersticios de tantas figuras históricas que aún no han sido retratadas en profundidad. La reedición de crónicas de época -se me ocurren los sabrosos "Recuerdos de treinta años" del músico José Zapiola sobre los primeros días de la República- también constituye una arista interesante.
En la variedad está el gusto. Ojalá la oferta editorial en torno a nuestra historia no se limite a repetir fórmulas probadas, sino que indague en nuevos formatos, temáticas y figuras. Hay toda una cantera con ricas vetas por explorar.