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Editorial
Miércoles 10 de febrero de 2016
Porfiada inflación
Desde marzo de 2014, la variación anual del IPC no se ha mantenido por dos meses consecutivos bajo el 4%. Y los recientes datos del INE confirman el fenómeno: tras dos meses consecutivos de nula variación, el IPC registró un aumento mensual de 0,5% en enero...
Si bien en materia de control de inflación, el Banco Central tiene pocas herramientas para responder a cambios coyunturales y puntuales en los precios, comienzan a preocupar las constantes dificultades por mantener la variación del IPC dentro de la banda autoimpuesta por la autoridad: meta inflacionaria anual del 3%, con un rango de más y menos 1%.
Desde marzo de 2014, la variación anual del IPC no se ha mantenido por dos meses consecutivos bajo el 4%. Y los recientes datos del INE confirman el fenómeno: tras dos meses consecutivos de nula variación, el IPC registró un aumento mensual de 0,5% en enero. La cifra es mayor a lo esperado por el mercado (0,3% y 0,4%) e implica una variación acumulada anual de 4,8%, el segundo nivel más alto en doce meses, solo superado por el 5% de agosto de 2015. Por su parte, la inflación subyacente (que excluye frutas y verduras frescas y combustibles) registró una variación mensual de 0,7% y de 4,9% a 12 meses.
En esta oportunidad, los mayores aumentos se produjeron en las divisiones de Bienes y Servicios Diversos (4,0%), y Bebidas Alcohólicas y Tabaco (2,4%). Por su parte, uno de los mayores incrementos en los productos se registró en Gasto Financiero, ítem que registró un alza de 11,3% mensual (15,2% en doce meses), con una importante incidencia de 0,273 puntos porcentuales. Tal como lo indica el reporte del INE, la entrada en vigencia de la reforma tributaria, con el consecuente aumento en la tasa máxima del Impuesto de Timbres y Estampillas desde un 0,4% a un 0,8%, explica el peculiar resultado.
Y si bien la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central continúa siendo optimista (reporta una inflación mediana anual para los próximos 11 meses de 3,5%), lo cierto es que los expertos consultados se han mostrado históricamente confiados en la capacidad de mantener la inflación en el rango del 2-4% (es necesario remontarse a noviembre del 2008 para encontrar expectativas sobre el límite).
Con todo, será importante analizar el accionar del Banco Central durante los próximos meses. Aumentos en la tasa de política monetaria podrían contribuir al aletargamiento de la economía. Por otra parte, el lento ajuste de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos tampoco le da grandes espacios de acción a nuestra autoridad monetaria.
En este contexto, probablemente la mayor ayuda para el Central puede tener un origen interno. Es imposible descartar que la expansiva política fiscal observada durante los últimos años no haya jugado un rol preponderante sobre la alta inflación. En este sentido, de concretarse el esperado ajuste del gasto público por parte de Hacienda a la realidad de una mediocre economía, no solo sería la salud de las cuentas fiscales la beneficiada, sino también la autoridad monetaria.