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Editorial
Lunes 08 de febrero de 2016
Incertidumbre en España
La noticia de que el rey Felipe VI le encargó formar gobierno al líder del Partido Socialista español (PSOE), Pedro Sánchez, constituye un nuevo intento, todavía incierto, para que el país salga del estancamiento político en que se encuentra desde las elecciones del pasado 20 de diciembre. Entonces, el gobernante Partido Popular (PP) se alzó como el más votado al obtener 123 de los 350 escaños del Parlamento, pero lejos de los 176 que habría necesitado para gobernar en solitario. Y su timonel, Mariano Rajoy, no pudo concitar el apoyo para una alianza...
Ahora es el turno de Sánchez, quien tiene entre tres semanas y un mes para formar una nueva coalición de gobierno, y todo indica que siendo la segunda fuerza política más votada (suma 90 asientos) buscará el apoyo de los llamados "partidos jóvenes"; es decir, Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, que cuenta con 40 escaños, o Podemos, la agrupación de Pablo Iglesias, que obtuvo 69 bancas.
Pero el proceso de negociaciones entre el PSOE y Podemos no será fácil, ya que un acuerdo entre ambos podría acabar condicionado a que los socialistas apoyasen una consulta en la que los catalanes -en los próximos meses- buscarán decidir si siguen formando parte de España o no. Algo que para el PSOE resulta inaceptable.
En ese sentido, pareciera haber mejores posibilidades con Ciudadanos, con el que el PSOE ya logró acuerdos en torno a cinco puntos estratégicos que buscan ser los ejes de una "hoja de ruta" para negociar un acuerdo de gobernabilidad: políticas sociales, economía y empleo, combate a la corrupción, una reforma constitucional y la relación con Europa.
El problema es que debido a sus profundas diferencias, resulta imposible un acuerdo en que el PSOE incorpore tanto a Podemos como a Ciudadanos.
Pero la petición del rey a Pedro Sánchez también tiene otra cara. Mariano Rajoy, titular del PP y Jefe del Ejecutivo en funciones, declinó el encargo de formar gobierno, aduciendo que no contaba con el apoyo necesario. Tal vez apostando a que el monarca no le haría el ofrecimiento a Sánchez, pero no fue así. Y en este momento, eso parece estar a punto de pasarle la cuenta, ya que los cuestionamientos a su gestión al interior de las filas del PP no se han hecho esperar.
Sánchez trabaja contra reloj. Si no se logra la mayoría absoluta parlamentaria (176 votos) en una primera votación, está prevista una segunda 48 horas después, que podría permitir una elección por mayoría simple, aunque eso se tradujera en un gobierno débil. Pero si dos meses después de la primera votación sigue sin conformarse gobierno, el país podría enfrentar el escenario de nuevas elecciones.
El PSOE ya sondeó -de manera muy reservada- al PP para saber si estaría dispuesto a abstenerse en una investidura de Pedro Sánchez. Pero la respuesta habría sido que no.
Las consecuencias de esta incertidumbre política podrían comenzar a sentirse luego. El banco estadounidense de inversión Goldman Sachs alertó que esta indefinición va a afectar la confianza de empresas y consumidores, y por tanto a las perspectivas económicas del país, opinión coincidente con la de la Comisión Europea. "La incertidumbre política pesa sobre las decisiones de los actores económicos", advirtió el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Difícil panorama en Brasil
Los abucheos que la Presidenta Dilma Rousseff recibió la semana pasada, durante la inauguración del año legislativo, fue un duro recordatorio de la compleja situación que vive su gobierno. Y que un posterior "cacerolazo", durante un mensaje de la Mandataria por televisión, solo reafirmó.
Este mes se reactivará el juicio político contra Rousseff, luego que el Supremo Tribunal Federal lo paralizara tras establecer supuestas irregularidades en el proceso a través del cual se eligieron los miembros de la comisión parlamentaria que ve el caso. Y aunque lo más probable es que el impeachment quede derechamente para marzo, la Presidenta parece no tener posibilidades de revertir el actual escenario.
Hoy, Brasil enfrenta su peor crisis económica en treinta años, con una inflación que ya llega al 10,7% y un desempleo del 6,9%, sin mencionar las nuevas previsiones a la baja del PIB para este año, que adelantan una caída cercana al 3%.
A esto se suma la crisis sanitaria producto del virus zika, que además de poner en riesgo a la población del país, está causando estragos en la industria del turismo. Las masivas cancelaciones de viajes en las últimas semanas seguramente se harán notar durante estos días de carnaval. Pero la mayor preocupación es que esto se replique durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, a mediados de año.
A poco más de un año de haber iniciado su segundo mandato, Rousseff continúa en una situación de gran fragilidad, blanco de acusaciones de corrupción, mal manejo de la economía y una creciente falta de respaldo de la ciudadanía. Y que solo acrecientan el fantasma de que no logre acabar su actual período.