Señor Director:

Lo que el directorio de TVN debiera tener presente es que para encantar a su audiencia y retornar a números azules, se debe recuperar el deseo de transmitir una programación entretenida que proporcione sentido e identidad nacional, que represente valores relevantes y que fomente el espíritu comunitario, ello dentro de la enorme diversidad que nos circunda en el país.

Esto requiere saber mirar el entorno, conocer a las personas, pero por sobre todo demanda la humildad de mirarse internamente, detectando los errores cometidos, las contradicciones entre prácticas y promesas en las que se pudo haber incurrido, las prácticas inadecuadas de gestión de liderazgo que anulan la creatividad, el compromiso y la fe de quienes laboran en el canal.

TVN no solo requiere cambios mediáticos de ejecutivos; necesita saber volver a encantarse para así poder encantar. El canal de todos los chilenos demanda que sus directores, ejecutivos, productores y rostros rompan las cadenas de antiguos esquemas y protocolos que los alejan de la épica transformadora y movilizadora que este medio tuvo y que la actualidad exige.

En su origen, TVN, como muchas empresas, fue un "sueño", y como sabemos, a este nivel los sueños nos piden, en primera instancia, pasión, atrevimiento, trabajo mancomunado, espacio para gente nueva, opinión, aire fresco y vitalidad. No existe marca importante en el mundo que se mantenga firme si flaquea en su sello y su promesa, no existe empresa que no sea castigada si refleja incoherencia, no puede haber ganancias si no hay atributos diferenciadores que cautiven a la audiencia y la inviten a ser parte de una comunidad a la que se desea pertenecer.

Álvaro Pacull L.