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Cartas
Domingo 24 de enero de 2016
La imparcialidad de Peña
La columna de Peña, "Carlos Ominami versus Eliodoro Matte", merece respuesta. Se trata del principal y más implacable columnista de la plaza. No se lo puede ignorar o castigar con la indiferencia.
Valoro que ponga a Chile 21 al mismo nivel que el CEP, el principal think tank de derecha. Con recursos infinitamente menores, Chile 21 se ha constituido, a su vez, en el principal centro de pensamiento progresista. Asimismo, debo reconocer que la movilización para sustentar sus dichos de Platón, Sócrates, Eutifrón y por cierto Rawls (solo faltó Weber) no deja de ser halagadora.
Peña es un experto en falacias. No lo digo yo, sino Joaquín García-Huidobro, su columnista vecino en la misma página del cuerpo D. Y en este caso, una vez más, Peña es falaz. Esgrime la imparcialidad para terminar siendo tremendamente parcial.
Su tesis es simple: si Matte renunció a la presidencia del CEP, otro tanto debe hacer Ominami respecto de la presidencia de Chile 21. Parece lógico, pero no lo es. Las situaciones son diversas. La acusación que pesa sobre Matte se refiere al ejercicio directo de su condición de presidente de CMPC por colusión en el mercado del papel tissue . En mi caso, la acusación, bastante extraña por lo demás, de fraude al fisco por evasión de IVA, se refiere a mi campaña senatorial del 2009 y no tiene nada que ver con Chile 21.
Más grave aún, CMPC se autodenunció ante la Fiscalía Nacional Económica. Por el contrario, Chile 21 no tiene nada que reprocharse. ¿Por qué igualar situaciones tan diferentes?
Se puede entender que un ciudadano de a pie confunda la condición de imputado con la de culpable, pero es inaceptable en el caso de un abogado como él. La presunción de inocencia es un principio básico. ¿Por qué se la respeta a Matte y no me la aplica a mí? ¿Por qué amalgamar la naturaleza de los eventuales delitos, en consecuencia que uno tiene que ver con enriquecimiento patrimonial con un perjuicio de miles de millones de pesos a los consumidores, y la otra con financiamiento de campaña, con un perjuicio fiscal calculado por el SII que no me es en absoluto imputable y que difícilmente podría superar el 0,01% de la cifra anterior? Una vez más, detrás de la neutralidad se oculta la toma de partido.
La imparcialidad no es un concepto absoluto y no se puede desligar de los contextos políticos y los valores morales. Peña sin embargo lo hace. A diferencia de él, fui enteramente parcial en el dilema entre dictadura y democracia, luché con todas mis fuerzas en contra de la primera, no guardé silencio y me enorgullezco por ello.
Carlos Ominami