En los últimos años de su vida, Raúl Ruiz filmó un conjunto de películas que constituyen sucesivas síntesis de los muchos universos que exploró su laberíntica obra fílmica. Una de esas summae fue La recta provincia, un monumental ajuste de cuentas con la narrativa folclórica y el paisaje chileno, y en particular con la agreste precordillera central, la zona de San Felipe, Putaendo y alrededores.
En su origen, La recta provincia fue una serie de cuatro capítulos que TVN produjo y exhibió en horarios de trasnoche en 2007. Esos capítulos duran 192 minutos y Ruiz no alcanzó a completar su proyecto de sintetizarlos en un largometraje. Su viuda, Valeria Sarmiento, se hizo cargo de esta tarea -como de muchas otras que le dejó Ruiz- y logró una versión de 160 minutos, con corrección de color y nueva mezcla de sonido.
La línea de base es la misma: Paulino (Ignacio Agüero), un hombre leso, que "no tiene cabeza", vive con su madre, Rosalba (Bélgica Castro), en una casona patronal a la que sus dueños solo vuelven a veces después de muertos. Cierto día, Paulino halla un hueso humano, perforado como una flauta, cuya música sugiere a madre e hijo que se trata de un cristiano que solicita que ubiquen sus demás huesos para darles sepultura. Entonces, Paulino y Rosalba parten "por esos caminos de Dios y de los mil demonios" para cumplir su misión. Es una odisea en clave baja.
A partir de este punto, siguiendo a Homero pero también a los evangelios y a otras obras canónicas, Ruiz acumula personajes e historias, desde la Virgen María (Lía Maldonado) hasta la Viuda (Chamila Rodríguez), que no hace sino enviudar; desde el Diablo Aliro (Héctor Aguilar), que pierde su santidad porque beben de su copa, hasta Barrabás (Carlos Flores). Las narraciones se acumulan unas dentro de otras, en ocasiones hasta cuatro veces, formando un laberinto que a menudo es más difícil de seguir que de comprender. Esta es la paradoja central de estas cintas: son gozosas, divertidas y reveladoras a pesar de que presentan una estructura diabólica.
Y esta es la palabra adecuada para La recta provincia: un territorio de brujos, geológico y fantasmagórico, donde prevalece la figura del demonio, solo que este no es el mal, sino algo anterior y sinuoso: el lugar de la chuecura y la simulación, la engañifa y el caminar cojeando, "ese Cielo que llaman Chile, que parece más infierno que otra cosa".
Como lo hizo a través de toda su carrera, Ruiz mira con ojos anticipatorios. En sus primeros años, buscó explicar a Chile reprocesando los grandes mitos universales. A partir de cierto punto, vio que Chile explicaba de una cierta manera esos mismos mitos mayores, y desde entonces no cesó de extremar el sincretismo de la historia, las visiones y las ideas en eso que alguna vez llamó "surreachilismo". La recta provincia es la perfecta fusión entre un presupuesto modesto y unas posibilidades cosmogónicas descubiertas en los cerros de San Felipe. Solo Ruiz podía hacer eso.
La recta provincia
Dirección:
Raúl Ruiz.
Con: Bélgica Castro, Ignacio Agüero, Javiera Parra, Héctor Aguilar, Lía Maldonado, Chamila Rodríguez, Ernesto Mallarán.
160 minutos.