Así como "¿Y tú qué harías?" (TVN) muestra la mejor cara del chileno medio, "Espías del amor" (Chilevisión) devela lo más vergonzoso de nuestro ser: la inocencia convertida en tontera y la crueldad de los que sacan provecho de la desgracia ajena.
Este programa de telerrealidad debutó antenoche en el canal de Turner con éxito de audiencia: marcó 18,9 puntos de promedio y fue el cuarto más visto del día en la televisión abierta. Esto no debe sorprender, porque "Espías del amor" toca varias teclas que le dieron el éxito a "Manos al fuego" en el mismo canal: usar cámaras ocultas y destapar las mentiras de la vida en pareja. Solo que aquí los casos son incluso más patéticos, ya que las personas creen en los embustes de "pololos" a los que nunca han visto en persona y con quienes se comunican solo por teléfono e internet.
El primer capítulo mostró las historias de Vivian (35 años, Renca), Luciano (22, Maipú) e Isabel (61, Peñaflor). Los tres declaraban estar enamorados de sus parejas virtuales, con quienes llevaban más de un año de relación solo por teléfono y redes sociales. Los periodistas Marcelo Arismendi y Andrés Alemparte acompañaron a estas personas en la travesía de descubrir quién está detrás de sus amores. Fueron procesos largos y dolorosos, en los que nadie queda bien parado. El programa los mostró en forma creíble, con suspenso y manejando bien los tiempos.
Estas historias son protagonizadas por personas sencillas, solitarias o con pocas oportunidades, que se atreven a entrar al juego sin saber lo trasquiladas que saldrán. La propia Isabel (61), que se enganchó con un dominicano de 27, contó que había iniciado esta relación virtual porque no tenía con quien hablar. Ver tanta desgracia ajena provoca pudor pero también curiosidad morbosa. A esto se debe el buen resultado de este programa, pero también a que los relatos están bien armados. Y quizás como un modo de compensar a estos protagonistas, al final se realiza un epílogo con ellos, tres meses después. Allí, los tres admiten haber aprendido la lección y se muestran optimistas sobre su futuro sentimental que, como dice Vivian, ahora será "cara a cara".