Era fácil para el director Scott Cooper caer en los tics de Martin
Scorsese, cineasta referencial en el tema de los gánsters ("Los buenos
muchachos"), a la hora de implementar esta historia real de la mafia de
Boston entre los años 70 y 80. También era fácil para Johnny Depp caer
en sus propios tics del pasado para interpretar al gánster James
"Whitey" Bulger. Pero director y actor han hecho tabla rasa en sus
respectivas funciones para montar una crónica de sólido quilataje
dramático que muestra auge y caída de uno de los criminales más feroces
de EE.UU.: este "Whitey" de Depp, metódico y pulcro en su faena
delictual y que va de menos a más en su negocio criminal cuando obtiene
un inusitado pacto con el FBI, que le otorga permisivos grados de
impunidad. Un acuerdo llevado adelante por un viejo amigo de infancia y
ahora miembro de la agencia (Joel Edgerton, extraordinario secundario).
"Pacto criminal" se funda en la contenida y excepcional labor de Depp,
que está muy bien y sigue el protocolo de las grandes actuaciones: se
pierde en el maquillaje, cambia su registro y se apropia de su rol. Pero
también es un retrato coral de cómo los grises que separan al bien del
mal tocan, manchan y corrompen a probos, sean personas e instituciones.
El joven director Scott Cooper, quien le hizo ganar un Oscar -su único
Oscar- a Jeff Bridges en "Crazy heart" (2009), es un realizador con
mirada particular sobre antihéroes que ahora, en bandeja, le da muchas
chances al actor de "Ed Wood" de ganar su primer Oscar. "Black mass".
EE.UU., 2015. 112 minutos. 14 años.