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Viernes 09 de octubre de 2015
La Roja se ratifica como un depredador de gigantes
Con tantos de Eduardo Vargas y Alexis Sánchez, el equipo de Jorge Sampaoli sumó su primera victoria rumbo a la Copa del Mundo 2018. Chile ya le ganó una final inédita a Argentina y ahora superó al conjunto pentacampeón, con un segundo tiempo de alto vuelo. El martes visita a Perú.
Chile demoró 45 minutos en espabilar y en tomar la sintonía de las clasificatorias, un escenario donde se paga caro el sosiego y se cotiza al alza el coraje. Brasil, un cuco al que nunca le había ganado Jorge Sampaoli, enredó el derrotero inicial de la Roja, la obligó a reinventarse en un trámite que terminó con llama alta y con héroes que aportan las primeras chauchas para llegar con el botín a Rusia.
Rebeldía. Eso le sobró ayer a la selección chilena, mutilada en sus opciones durante el primer lapso. En el complemento asomaron los caudillos: Gary Medel, Alexis Sánchez... El gigante tenía grietas y Mauricio Isla casi las desvela con un derechazo en el poste. Una pelota quieta también sirve para desplomar una pared: tiro libre del ingresado Matías Fernández y Eduardo Vargas que embocó al dubitativo Jefferson, ratificándose el renquino como el talismán del casildense.
El inicio fue duro, con un trámite poco habitual para los automatismos que domina el equipo del seleccionador. Chile no tenía la frescura para presionar ni la movilidad que exige el desmarque. Como nunca en este ciclo, la Roja debió retroceder y cubrirse el rostro para no recibir el manotazo letal.
Con una tribuna tensa, que recién a la media hora regaló un canto de aliento, el local rindió, después de mucho tiempo, las espesas materias de defenderse. Siete chilenos por detrás de la pelota y el entrenador hecho una furia al costado, porque el protagonismo esta vez era del enemigo. La rodilla derecha de Arturo Vidal se dobló a los 33' e hizo crujir los planes. Llegó el turno de cambiar el esquema con el ingreso de Mark González (se pasó a 4-3-3) y empezó la rebelión.
Señales de lucha, como el guadañazo de Díaz a Willian. También de jerarquía, por parte del "Niño Maravilla", mostrando la ruta y timbrando la jornada con un gol a los empujones. Chile arriba y un gigante en el piso.