Enzo Garrido

Llegó el día. Los campeones de América salen a la cancha del Estadio Nacional a las 20:30 horas para encarar un nuevo desafío, las eliminatorias para Rusia 2018, y esperan comenzar pegando fuerte, quitándole los primeros tres puntos nada menos que a Brasil.

La "generación dorada" del fútbol chileno va por su tercer Mundial consecutivo, un logro inédito en la historia de la Roja.

Jorge Sampaoli cuenta con su mejor gente para el estreno -salvo el lesionado Charles Aránguiz, quien se recupera de una cirugía-. Ayer por fin pudieron entrenar Alexis Sánchez y Arturo Vidal. Y aunque solo participaron de una práctica, bastó para que el técnico de Chile quedara tranquilo y los incluyera en el equipo titular.

El casildense despejó dudas sobre la formación. Mantuvo el 3-4-3 que venía entrenando. La zaga fue la misma con la que comenzó el lunes: Francisco Silva, Gary Medel y Gonzalo Jara. En el mediocampo, Mauricio Isla jugó por la derecha; por el centro Marcelo Díaz (antes lo había hecho por la izquierda); junto a él Arturo Vidal (ocupando la posición que dejó Aránguiz), y por la izquierda Jean Beausejour.

En la delantera, Sánchez ensayó por la derecha, Eduardo Vargas por el medio y Jorge Valdivia fue ratificado por la izquierda, como toda la semana. Un orden inédito en la ofensiva desde que Sampaoli está en la banca.

En el mediocampo, Díaz llegaba hasta el vértice del área rival combinándose permanentemente con Isla y Alexis. El "Rey Arturo", en tanto, hacía lo mismo con el "Mago" y "Bose". Eso sí, Valdivia retrocedía y dejaba que el colocolino llegara como extremo izquierdo. Vargas, atento, apoyaba ambos costados.

Posesión y más posesión

Al enfrentarse con los sparrings , el casildense insistió en que había que tener el balón lo más que se pudiera. La posesión es clave para él en su estrategia para imponerse al Scratch.

Un dato no menor es que los lanzamientos libres fueron desde todos los ángulos y los servía la estrella del Arsenal, señal inequívoca de que Sánchez está en buenas condiciones.

Fue un trabajo suave. Un grupo se quedó jugando tenis-fútbol, otros fueron al gimnasio y algunos directamente a las duchas.

Todos tienen el libreto repasado, van por una nueva eliminatoria y ya no como aspirantes a dar la sorpresa, sino como un grupo maduro, dueño de la Copa América y sin ganas de tocar techo todavía. Listos para la batalla.