El director Ridley Scott de nuevo tripula una misión al espacio. Sin la genialidad de la fundacional "Alien: el octavo pasajero" (1978), pero mejor que su precuela "Prometeo" (2012), Scott añade a su rúbrica del "suspenso en las estrellas" una agradable cuota de liviano humor en este nuevo salto suyo a la ciencia ficción gracias a su protagonista: el astronauta Mark Watney (Matt Damon), quien pese a estar solo en Marte (fue abandonado por sus compañeros creyéndolo muerto) y estar desesperadamente buscando la manera de sobrevivir, su permanente monólogo lleno de chispa, comedia y cero auto-compasión, bombea al relato general su fuerza y carácter.
Si bien en la novela homónima de Andy Weir en que se basa este acertado aterrizaje en Marte el humor es un pilar clave, el veterano director de "Blade Runner" balancea correctamente con la maquinaria burocrática de la NASA en la Tierra y su desesperado plan de medios para no quedar como desalmados, y además con los tripulantes que se han marchado de Marte sin saber que su compañero quedó vivito y coleando.
Mezcla de Robinson Crusoe con MacGyver, el señero personaje de la TV ochentera capaz de armar un motor de combustión con un clip, este "marciano" de Scott es matiné divertida, muy bien hecha y muy humana. Es curioso que algunas de las mejores piezas de Ridley Scott estén ambientadas lejos de la Tierra, pero a bordo de una nave o en un planeta inhóspito, Scott es capaz de sacar lo mejor y peor de la raza humana.
"The Martian".
2015.
Ciencia ficción.
Estados Unidos.
141 minutos.
T.E.