Un hombre pierde el tren en una ciudad de provincias. Por casualidad, conoce en una cafetería a una mujer más joven y decide pasar la noche paseando con ella, hasta que un tren matinal le permita regresar a París. Ambos prometen reencontrarse allí, en un día, una hora y un lugar precisos. Él, Marc Beaulieu (Benoît Poelvoorde), es un inspector de impuestos y el trabajo más un accidente vascular le impiden llegar a la cita. Ella, Sylvie Berger (Charlotte Gainsbourg), dueña de un negocio familiar de antigüedades, se va decepcionada y opta por partir con su novio al trabajo que este ha obtenido en Estados Unidos.
Pasa el tiempo. Por otra casualidad, Marc conoce a otra mujer, Sophie (Chiara Mastroianni), a la que ayuda sin saber que es hermana de la Sylvie que ha perdido. Sophie está casada y administra la tienda de provincias, pero la irrupción de Marc modifica completamente su vida.
Con esas premisas se desarrolla 3 corazones, una historia que junta los materiales tradicionales del cine de misterio francés: la vida burguesa de provincias, la pasión y los secretos oscuros de familia. El cineasta Benoît Jacquot, una de las promesas de la renovación del cine galo, conduce la historia pegado a los personajes, sin distancia, siguiendo los vaivenes de sus sentimientos mientras al mismo tiempo disemina los elementos que conducirán al desenlace.
A partir de la mitad, cuando Marc se da cuenta de lo que está ocurriendo -es decir, cuando llega a saber lo mismo que el espectador-, el relato sufre un quiebre, aparece un narrador externo y el tiempo comienza a concentrarse y expandirse según las necesidades de una fuerza mayor, un impulso secreto que podría llamarse destino.
Jacquot sigue en esto el principio de la tragedia y si hay que aceptar sus premisas más discutibles -las casualidades, la inadvertencia de los personajes, sus silencios- es precisamente para que ese mecanismo funcione con eficacia. No hay mucha novedad fílmica -una gran escena: cuando Sophie anuncia a su marido que lo dejará, en medio de un cine donde se exhibe una película violenta-, pero sí una fijación con la eficacia que resulta distintiva para el actual cine francés.
Lo ayuda en forma decisiva la partitura de Bruno Coulais, que dota de tensión y energía a unas escenas más bien triviales, hasta el punto de que es lícito preguntarse si una parte importante del misterio en todo el filme no proviene justamente de la música o si esta solamente contribuye a subrayar la manera en que la trivialidad y el azar se convierten en destino.
De cualquier modo, 3 corazones actualiza una tradición del cine francés que produjo algunas de sus mejores obras. Aunque no sea una película de gran altura, bastaría con que fuera un indicio para que tuviera un valor particular.
3 coeurs
Dirección: Benoît Jacquot.
Con: Benoît Poelvoorde, Charlotte Gainsbourg, Chiara Mastroianni, Catherine Deneuve, André Marcon, Patrick Mille.
106 minutos