El Mercurio.com - Blogs : Soy donante
Cartas
Domingo 13 de septiembre de 2015
Soy donante
Señor Director:
Estoy tan impactado con todo lo que rodea el caso de Cristóbal Gelfenstein Perey, que me cuesta dejar de pensar todo el día en ese niño y en su familia, así como en los casi dos mil chilenos que están acostados esperando a que la decisión de otro ser humano -desconocido para ellos- les permita seguir viviendo.
Y me cuesta entender que no haya aparecido un donante aún, por lo que caigo en la tentación de tildar de egoísta a la gente, y de sumarme a la mayoría que insiste en repetir una y otra vez "soy donante".
¡Y de repente me doy cuenta! Salvo que el futuro donante se encuentre en muerte cerebral mientras escribo esto, lo más probable es que el donante para Cristóbal se halle en estos momentos jugando y que sus papás ni siquiera sospechen que cada frase "dale vida a Cris" está dirigida a ellos.
Y obvio, eso me lleva a pensar en mis hijos de 15, 14, 13 y 10 años. Y cuesta mucho escribir esto, pero ¿y sin son ellos los donantes? ¿Y si esta noche o mañana enfrento esta situación? ¿Me acordaré en ese minuto que yo grito "soy donante"?
Acabo de hablar largo este tema con la mamá de mis hijos, a pesar de estar separados, y le hice este mismo planteamiento: "¿Qué hacemos si ese llamado a donar está dirigido a nosotros y aún no lo sabemos? ¿Qué hacemos si nos preguntan si estamos dispuestos a desenchufar la máquina que mantiene a uno de los niños con vida? ¿Seremos capaces?".
Lo entrecortado de mi pregunta y el silencio inicial de su respuesta confirman lo intenso del tema.
Comparto su respuesta para provocar este mismo debate en todos quienes tienen hijos: "Si llegamos a ese caso, te pido que me exijas que cumpla mi palabra. Hay que donar para salvar otras vidas, y eso es lo correcto que hay que hacer", me dice con mucha seguridad, aunque no sin pena.
En efecto, eso es lo correcto que hay que hacer. Así es que hoy declaro no solo que soy donante, sino que además nuestros hijos, mientras no tomen su propia decisión, también son donantes. Y espero que llegado el momento, mis amigos reúnan el coraje para exigirme que cumpla esta promesa. Es lo correcto que hay que hacer.
Andrés Bowen V.