Nelson Acosta ha dicho que no renunciará a la dirección técnica de Iquique. Antes de que comenzara el Apertura él había declarado que no tenía los refuerzos que necesitaba y que había pedido. Al cabo de cuatro fechas, queda claro que efectivamente necesitaba más de lo que tiene. Pero no renunciará. Ni le piden la renuncia.
Marcelo Bielsa también pidió a los dirigentes de Marsella que algunos jugadores debían permanecer en el club y otros deberían llegar. La dirigencia, según lo que se sabe, aceptó. Sin embargo, los esperados no llegaron y los otros se fueron. Bielsa no toleró el incumplimiento y se fue tras perder el primer partido.
Al plantear el tema, escuché decir que "Bielsa se puede dar el lujo, pues no le faltarán ofertas. En cambio Acosta, en este momento de su carrera, no tiene el mismo pronóstico".
Me pareció cierto. Razonable.
Sin embargo, pensándolo bien, tal vez lo de Acosta no sea eso, sino un asunto de orgullo profesional. Puede ser el deseo de salir adelante con el plantel que tiene como demostración de capacidad. Tal vez lo tome como una prueba que debe sortear a estas alturas de su veteranía técnica. Puede ser (todo esto es solo una aventurada reflexión del columnista, ¡vaya a saber uno qué es lo que está pensando Acosta!), pero sirve para aceptar que no todo gira en torno a ofertas más o menos. Por lo demás, si fuera por un sueldo, entendemos que el entrenador de Iquique no lo necesita con urgencia. Ha invertido bien lo ganado, en tierras, animales, viñas y otras cosas, según comentan colegas que han sido sus huéspedes.
Y qué decir de Bielsa. Seguro que el rosarino, al renunciar, no está pensando en que "no me faltará club". Tampoco ha de asustarlo un futuro con ingresos disminuidos. Es un tipo que ha demostrado que se mueve más por principios que por finales -¡lo sabemos!- y por eso se lo conoce y se lo distingue. Por eso, además, es el "Loco" Bielsa para quienes viven en un mundo de dos dimensiones y de dos colores. (Y para algunos que lo admiramos, también...).
Es que los seres humanos nos movemos por tantos motivos. Lo que pasa es que por características de la época se tiende a estimar que todo es movilizado por el interés material. Cuidar el empleo, obtener un buen precio al comprar o vender, atinar con algo gratis, obtener un asiento en el Congreso o algún sillón municipal, esas cosas. (Y cuando hablamos de "la época", hablamos de harto tiempo. Entre los romanos no era distinto. Ni entre los egipcios. Ni entre los chinos de entonces y los de ahora. ¡Mucho tiempo!).
Pero hay otras cosas. También hay ciudadanos que quieren llegar a la política por vocación de servicio, otros que estudian Derecho en busca de ayudar a la Justicia sin esquilmar a sus clientes, otros que pierden la pega por decir la verdad (como le acaba de suceder a un abogado del SII) y otros que se van o se quedan en un club por dignidad. La de Acosta y la de Bielsa, aunque parezca contradictorio.
¿Y lo de Vidal? ¿Vio lo que dijo "der Köenig"?: que en Europa están pagando demasiado por los fichajes de jugadores". Lo dice él, que gana mucho, pero se da cuenta de que es una realidad obscena.
No todo es la plata. Menos mal.