El debut de Arturo Vidal en el Bayern Munich no fue precisamente el más feliz. Ingresó en el minuto 73 cuando los suyos vencían 1-0 al Wolfsburgo en la definición de la Supercopa alemana. El gol había sido de Arjen Robben (49') y el chileno lo festejó con sus nuevos compañeros.

Cinco minutos después de ingresar se ganó una tarjeta amarilla. Se notó falto de ritmo, algo natural si se considera que entrena recién desde el miércoles con el elenco bávaro.

Pero el inesperado empate del Wolfsburgo, obra de un veloz contragolpe obrado por Kevin de Bruyne y sellado por Nicklas Bendtner cuando terminaba el partido, forzó los penales.

El chileno cobró el primero y lo hizo bien: fuerte y a la derecha del portero, quien adivinó el lado. Pero una notable atajada del meta belga Koen Casteels al disparo siguiente de Xabi Alonso definió todo. El Bayern perdió su primer título de la temporada y eso disgustó profundamente al técnico Pep Guardiola.

Molestia general

"Un título es un título y molesta perderlo", explicó el catalán. "Es cierto que la Bundesliga, la Copa y la Champions son más importantes, pero queríamos ganar este trofeo", agregó el español, que está en la órbita del Manchester City según los medios ingleses y alemanes.

"No puedo estar más decepcionado", dijo Arjen Robben. "Sabíamos lo complicado que suele ser el Wolfsburgo, pero no queríamos perder este título", añadió. Igual de indignado estaba Jerome Boateng, zaguero que no logró cerrar a Bendtner en el gol: "Esto no nos puede volver a pasar, teníamos cómo definir antes este partido. Es algo que debemos corregir pronto", disparó.

Las cosas tampoco son color de rosa en el camarín muniqués. Thomas Müller se fue molesto tras ser reemplazado. Consultado al respecto, Guardiola no quiso contestar.

El dolor de la derrota le quitó brillo al estreno del chileno, que apenas fue mencionado por la prensa local.

En las estadísticas del debut de "Celia" destaca que entregó bien 14 de las 17 pelotas que tuvo. Además, tuvo un tiro al arco.